Chico ventana también quisiera tener un submarino. 2/5. Festival Biarritz 2020
Película del director uruguayo Alex Piperno, ganador de un premio en la última de Berlinale.
Es una curiosa coproducción de varios países, entre ellos Países Bajos, Uruguay, Argentina, Filipinas, etc, esto le da un rico toque multicultural, ya que las escenas se pasan en Uruguay, Argentina y Filipinas. Estas coproducción corren el riesgo de que tanto país alternado no peguen bien entre ellos y la historia pierda fuerza. En recurso de grabar en espejos o el reflejo en ventanas es excesivo.
En este caso la película es muy lenta y quiere ser mágica. Como idea es buena, la de poder viajar por el espacio a través de una puerta, pero a la película le falta ritmo, exceptuando al final qué es realmente interesante. Quizás es el sueño del trabajador del barco que quiere o necesita tener otras experiencias en saliendo del barco.
"A bordo de un crucero en los mares de la Patagonia, un miembro de la tripulación descubre una puerta mágica bajo la cubierta del barco que lleva al piso de una joven en una ciudad sudamericana. Al mismo tiempo, en Filipinas, un grupo de campesinos descubre de la noche a la mañana un refugio cerca de su campamento y resulta comunicar también con otra realidad. De las salas de máquinas a los salones lujosos de un barco, del vasto mar del fin del mundo a la densa selva asiática, del tradicionalismo más arcaico al modernismo más avanzado, la película teje vínculos tan hermosos como inesperados. De manera audaz y lúdica, opera tan bien como un espejo (reflexión sobre el cine con la descripción de su modus operandi) que como una ventana (reflexión sobre el mundo actual con sus relaciones de clases y sus vínculos con lo sagrado)."
Alex Piperno en el festival
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