Possessor, 4/5. Sitges 2020
El director canadiense Brandon Cronenberg (Antiviral) nos trae esta exquisita película sobre implantes cerebrales para ocupar los cuerpos de otras personas para cometer asesinatos.
Así dicho parece una película bastante banal, pero la belleza de esas imágenes cuadradas al milímetro, ese ambiente que desborda arte por todos los costados, como es el asiento de la directora que parecen vértebras, el cambio de colores en el ascensor al inicio de la película, la arquitectura de las casas donde vive la protagonista, la máscara que lleva la señora Vos también es una obra de arte en su misma, incluso el chándal que lleva el protagonista se te queda en la retina por esa combinación de colores, incluso en los charcos de sangre uno puede ver la forma de un corazón, y se puede hacer una idea del amor que había entre ser dos personas.
Película extremadamente violenta con imágenes extremadamente bellas, lo que hace de esta película algo muy bonito de ver.
Sin las escenas de violencia, me recuerda mucho a la película estrenada en San Sebastián Limbo, por la exactitud de los planos.
Tasya Vos trabajó en una organización que utiliza tecnología de implantes en el cerebro para ocupar los cuerpos de otras personas para cometer asesinatos. La protagonista no solo experimenta las secuelas de esta tarea con pesadillas por culpa de los asesinatos, sino que encuentra un huésped complicado que le hará pasar muy malos momentos personales.
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