Un mundo normal 3/5. Seminci 2020
Nos cuenta una historia, con un toque comercial pero con el sello rebelde e indiscutible del director. Utiliza el recurso de la Road movie, incluyendo un perro. Nos hace pensar un poco a la maravillosa "diecisiete" de Daniel Sánchez Arévalo.
Vemos que para el director lo importante es mostrar la anormalidad, es decir hacer cosas para salir de lo normal, salir de los roles y lo convencional.
La madre de Ernesto (Ernesto Altiro) quiere que cuando ella muera su cuerpo sea arrojado al mar.
Aunque no es legal, Ernesto intenta cumplir con el último deseo de su madre. Su hija la acompaña en este viaje e intentará que cambie de opinión.
Durante el viaje, descubrirá que su padre dista mucho de estar loco a pesar de ir siempre en contra de la opinión de los demás.
El guión nos muestra la contradicción de unos roles que parece que ahora están muy claros y muy definidos. El padre es el atento con la hija mientras que la madre es la ausente. La madre de Ernesto con 80 años trata el sexo de forma normal. Incluso Ernesto decide no trabajar en una serie cuando lo más lógico sería trabajar en ella.
Sin llegar a tener la fuerza que tuvo "el bola" o "noviembre", dónde se ve una independencia total del director, y dónde se percibe esa rebeldía de forma sincera y directa. Aquí Achero Mañas parece que no nos ha dado el 100% de lo que él es capaz de dar, trayendo esta comedia entre lo comercial y lo independiente. Se agradece volverle a tener por aquí.
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