First cow, 1,5/5. Gijón 2020
Basada en la obra de Jonathan Raymond 'The Half Life', la trama empieza con una espeleóloga que desentierra dos esqueletos de la tierra, en lo que parece la época actual, y acto seguido nos encontramos en 1820.
Centrándose en un cocinero, interpretado por Jon Magaro, que es contratado por una expedición de cazadores de pieles, en el estado de Oregón. John se encuentra a un inmigrante chino, interpretado por Orion Lee, que huye tras haber disparado a un hombre. La amistad entre los dos hombres se va acrecentando en este territorio del oeste.
La película se podría denominar de western, en donde hay una unión entre los indios nativos, la inmigración asiática y los recién creados estadounidenses, que aún guardan ese acento británico característico.
La película está rodada en 4:3, dura 122 minutos y tiene escenas innecesariamente largas, como se puede ver en los comentarios sobre la moda en París mientras van a buscar la vaca. En este y en otros muchos casos, esos comentarios no aportan nada a la película y dan una sensación (igual equivocada) de querer alargar la película hasta los típicos 120 minutos, para que la película sea considerada de "culto".
De echo, recibió muy buenas críticas por los críticos profesionales cuándo fue proyectada en Berlín, por lo que es una cinta que viene con un muy buen bagaje a este Festival de Gijón, festival en el que estamos viendo obras de arte este año.
La forma de rodar minimalista, dura, seca, nos acerca de una forma muy directa a la naturaleza y a la complejidad de las relaciones humanas. Por otra parte, esta forma tan cruda de grabar nos puede hacer pensar que la película carece de todo dinamismo, pudiendo llegar a ser soporíficamente aburrida.
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