La troisième guerre, 4/5. Gijón 2020
A partir del 2015, con los ataques en París de Charlie Hebdo y de Bataclan, se crea una operación llamada Sentinelle, qué reúne a 10.000 soldados para proteger los puntos sensibles de la zona. La cinta está protagonizada por 3 militares dentro de esta operación: dos hombres y una mujer:
El joven Léo, interpretado magistralmente por Anthony Bajon, 6 películas en 2020 y ganador del premio al mejor actor en Berlín por "el creyente". Le pudimos ver este año en Sitges por la película Teddy.
La sargento Coline, interpretada por Leïla Bekhti, ganadora de un Cesar en 2010 por "Tout ce qui brille".
Y el segundo soldado Hicham, quien estuvo destinado en Mali, interpretado por Karim Leklou.
Los tres salen a patrullar las calles de París, de un París bien distinto al de la imaginación de los turistas.
Durante sus rondas por sitios tan reconocidos como el Palacio de Luxemburgo, no paran de observar (algo muy importante durante toda la cinta) y buscar objetos sospechosos: un bolso abandonado, una luz dentro de una furgoneta o una persona que les mira constantemente llamando por un móvil Nokia 3310. Este móvil tendrá mucha importancia en la película ya que acaba en las manos de Léo y hace que podamos ver la película desde el punto de vista un poco más sentimental e imaginario, sirviendo tambien para crear una metáfora muy interesante justo al final de la película.
Una vez más, como en toda película francesa, la caracterización de cada personaje y su forma de ser quedan muy claras al espectador, mostrando su vida privada, sus adicciones y sus trapicheos dentro del cuartel. Sorprende que se muestren unas condiciones del cuartel muy precarias, algo que la serie "Antidisturbios" tambien muestra, en este caso de la policía Nacional española y dirigido por Sorogoyen.
La cinta está constantemente mostrando situaciones de tensión. Desde una mujer a la que le roban el móvil en el metro delante de los militares y estos, al no hacer nada porque no es su trabajo, los pasajeros les gritan haciendoles ver que no sirven para nada.
También hay tensiones entre la policía y los militares, por ejemplo cuando persigue a un delincuente que llevaba siendo vigilado varios días por la policía.
Más tensiones, entre la sargento, que está embarazada pero no lo dice para conseguir que la asciendan, y su superior, que no sabe en principio que está embarazada y la hace realizar los mismos ejercicios que el resto. En este últilmo caso, no queda muy claro si el director quiere mostrar que en el ejército todos son iguales, o que hay machismo. Según el dossier de prensa de la distribuidora de la cinta Capricci, se quiere mostrar "la misoginia que hay en este medio tan masculino" que es el ejercito francés. El papel de la soldado se escribió en colaboración de Aissa, que fue una militar real que vivió algunas de estas situaciones.
Algo que queda claro en el guión, es esa contradicción entre los viandantes, que no prestan atención a una persona que lleva un arma de asalto a su lado, porque ya se han habituado, y el miedo-rechazo cuando uno de estos militares les mira fijamente.
Al ver este largometraje, uno no tiene muy claro si el director quiere mostrar los pros o los contras de los militares, ¿ su absoluta necesidad para mantener la seguridad o muestra que están paranoicos pensando que estamos en una guerra ?. ¿ Quiere el director mostrar que el estres puede volver locos a los militares o quiere enseñarnos que muchos militares ya están locos antes ?.
Lo que está claro es que la película nos cautiva, con este humor salvaje o de segundo grado cómo llaman los franceses, una música precisa sin acaparar el protagonismo, y muchas escenas de las miradas de los militares mientras observan (el director juega a observar los ojos que nos observan en la calle).
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