1982. Festival Márgenes Madrid 2020
1982, 4/5
El director argentino Lucas Gallo nos narra en hora y media, la guerra de las Malvinas. La cinta participa en la sección oficial de la edición X del festival Márgenes de Madrid.
Para los no argentinos: esta guerra fue un conflicto bélico que empezó en 1982 entre Argentina y el Reino Unido por la disputa de las islas Malvinas. La batalla empezó en abril de 1982, de ahí el título de la cinta, con la conquista de Stanley , capital de las Malvinas por parte de Argentina, siguiendo órdenes de la Junta Militar argentina.
El Gobierno británico envió una gran fuerza y en 10 semanas echaron a las fuerzas argentinas. La victoria británica precipitó la caída de la dictadura argentina y, desde el punto de vista británico, el inicio de la recuperación de la democracia. Ambos países cortaron relaciones diplomáticas hasta el 1990.
La Organización de las Naciones Unidas continúa considerando los tres archipiélagos con sus aguas circundantes como territorios disputados.
El documental trata el tema de una forma muy dinámica, sin voces en off ni entrevistas. Consigue la atención del espectador mostrando fragmentos del noticiario 60 minutos, así como una colecta que duro 24h con llamadas para recaudar dinero para Malvinas. Lo hace de tal forma, que muestra cómo esa guerra iniciada por la junta militar que gobernaba Argentina, fue una cortina de humo, que vendieron en la televisión como una forma de unir a los Argentinos. Ya dicen que lo mejor para unir, es tener un enemigo común.
El magistral montaje de las imágenes de propaganda, nos muestran un autobombo patriótico y de unidad de aquella época. Pero también, sin indicarlo en la cinta, para mostrarnos lo que ocurre actualmente en algunos países, donde se crean o exageran enemigos imaginarios fuera del país, pero también dentro, para intentar desviar la atención de la gente. Estas distracciones pueden ser la exageración desproporcionada de problemas internos: religiosos, sexuales, desigualdades, etc. Pero también de problemas externos: inmigración, dominación económica, amenaza nuclear, pasado colonial, etc. Como muestra Gallo, los medios de comunicación estatales fueron usados como propaganda, para que se dijera sólo lo que los gobernantes querían que se dijera, con un único discurso. El uso de los medios de comunicación por el gobernante de turno y la única opinión válida, acusando de mentir y silenciar al resto, es lo que se observa estos días en gran parte del mundo. Básicamente lo mismo que pasó en Argentina. Gallo nos demuestra que el ser humano a veces no aprende, o no le interesa aprender, del pasado.
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