Corpus Cristi, 4,5/5
La cinta del polaco Jan Komasa contribuye a que cada vez que nos disponemos a ver una película polaca, pensemos que vamos a pasar un buen momento.
Es un prejuicio positivo, pero hay que admitir que últimamente la filmografía polaca está increíble, con premios y nominaciones para películas como la ganadora al mejor director en Cannes por "Cold War" del niño bonito del cine polaco Paweł Pawlikowski quien ya ganó el Oscar con "Ida", sin olvidar joyas como "Loving Vincent" ganadora del premio del público en Annecy, "Sweat" nominada en Cannes 2020 y Goteborg 2021 en la sección "Nordic Competition" (sí, Polonia está considerado un país nórdico para el festival), la exquisita "Marygoround" ganadora en Gijón 2020, la entrañable "I never cry" presente en San Sebastián o una de las más impactantes en Sitges 2020 "Mosquito state". Todas son películas que te atrapan, que te balancean de un lado a otro y cuando te tienen a punto de marearte, se calma permitiendo que todo vuelva lentamente a su sitio, saboreando el placer de haber visto una historia genialmente contada.
Con "Corpus Cristi" uno viene predeterminado a que guste, pero cuando el espectador se sienta delante de la pantalla, se da cuenta de que es aun mejor que lo esperado. El director nos cuenta la historia de un joven conflictivo y encarcelado, protagonizado de forma sublime por Bartosz Bielenia. Este joven ayuda al cura de la cárcel en sus tareas de misa. Por problemas con otro interno, le trasladan a un aserradero muy lejos de su ciudad. El primer día, y tras ver el panorama del aserradero de lejos, decide ir a la iglesia. Allí, las circunstancias le hacen pasar por el cura del pueblo, pero un falso cura muy lejos de la norma establecida, que hace ver al pueblo cosas que no veían: que el verdadero cristiano sabe, y debe, perdonar.
La realización es magnífica e impecable, mostrando los desfases del protagonista cuando no le ve nadie, y su destreza en el habla cuando hace de cura. El propio protagonista no sabe muy bien lo que hace, mostrando que para ciertas actividades uno puede nacer y tener cualidades innatas que hagan al mundo mejor.
El protagonista muestra sus debilidades, no puede desprenderse de su pasado envuelto en drogas, alcohol y sexo. Pero es necesario que evite esto para seguir pasando por el cura que todo el pueblo quiere. La cinta es una crítica expresa al catolicismo más casposo, donde lo importante es aparentar yendo a misa los domingos, mientras se es una mala persona que odia al vecino por prejuicios sin base.
El protagonista da un golpe de timón en la iglesia, proponiendo a un cura más activo, que podríamos calificar cercano a los padres protestantes, donde lo importante es mezclarse con el pueblo, para aprender de sus necesidades e intentar ayudarles. Polonia, un país a priori catolico, esta visión de un cura moderno, participativo, que tiene una estrecha relación con el pueblo, y que no ve la necesidad de pasar por el cura y la iglesia para comunicarse con Dios, es uno de los aspectos más chocantes de la película.
Sin duda, una obra dinámica, que nos ayuda a entender la naturaleza humana, mostrando que cuando a alguien se le dá bien una cosa y creen en él, no se necesitan ni títulos ni seminarios, desvelando así las hipocresías dentro de la religión. Con muchas posibilidades de conseguir el Goya a la mejor película extranjera 2021 y que fué nominada a los Oscar en 2020, pasando por TIFF, BCN film fest,...
A notar que tiene una de las puntuaciones más altas nunca vistas en las web de películas: 15 críticas positivas y ninguna negativa en Filmaffinity, 7,7 /10 en IMDb o 98/100 en Rotten Tomatoes.
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