Shorta, 4/5. Festival de Rotterdam 2021
Shorta es el primer y muy logrado largometraje de Anders Ølholm y Frederik Louis Hviid, que también coescribieron. Dentro de la sección Limelight del festival.
Ambientada en Copenhague, la película comienza en el pasillo de una celda de la comisaría, donde se produce una conmoción en una de las celdas y un agente de policía se apresura a entrar. Se ve a Talib Ben Hassi, de 19 años, inmovilizado en el suelo, gritando que no puede respirar cuando un agente de policía lo sujeta. No se sabe mucho sobre el incidente en cuestión, aparte de que Talib Ben Hassi se encuentra ahora en la UCI del hospital y se han desatado protestas en todo el país en busca de respuestas. Para mantener el control, todos los agentes se reúnen en la comisaría para patrullar la ciudad y mantener el orden, lo que lleva a Jens Høyer a formar pareja con Mike Andersen para la patrulla de ese día. Cuando realizan una patrulla rutinaria en el gueto de Svalegården, los medios de comunicación informan de que Talib ha muerto, lo que da lugar a los disturbios en toda la ciudad, dejando a Jens y Mike abandonados en una zona prohibida, teniendo que sobrevivir donde los jóvenes buscan vengarse.
La primera escena es oportuna y chocante por su actualidad, nos recuerda inmediatamente a los gritos de George Floyd de "No puedo respirar", aunque el guión comenzó hace más de 5 años.
El concepto de la historia está bien planteado por los directores, siendo algo que está ocurriendo actualmente en varios países del planeta, apuntando su objetivo a la brutalidad policial, a un sentimiento de ira y odio desmesurado en la comunidad hacia las minorías y a cómo la gente en el poder puede desechar a alguien que consideran menor que ellos. Pero también muestra la respuesta de estas minorías que reciben las humillaciones, y como combaten la violencia policial con más violencia.
La cinta podría compararse en nivel de dinamismo, suspense y acción a "Península" . Con personajes intentando escapar de una zona mortal para ellos, siendo buscados y perseguidos para ser asesinados por la ira del enemigo. Las situaciones de tensión son constantes hasta el punto de llegar a cardiaco. Mezclando la acción con la moralidad. Lo que piensan algunos en Dinamarca con respecto a estos barrios queda reflejado en la frase dicha por el policía: "esto no es Dinamarca", una frase que pidieron que repitiera para la cámara de televisión que estaba rodando, por lo directo que es. Algo parecido podría extrapolarse a muchos barrios de Europa y del mundo. En Francia hay una ola de cintas que hablan de esta segregación dentro de las ciudades, estos guetos que parecen no ser protegidos suficientemente, a veces por imposibilidad, por las fuerzas del orden, con ejemplos en "Gagarine" de Fanny Lietard y Jérémy Trouilh, "Dheepan" de Jacques Audiard, "Los miserables" de Lady Ly, "Bande de filles" de Céline Sciamma, o "Kandisha" de Alexandre Bustillo y Julien Maury.
Por otra parte, el director retrata estos barrios desde un punto de vista fuera de la ley. Es decir, que en el momento que Talib Ben Hassi muere, hay tal brutalidad dentro del barrio que intenta justificarse con escenas previas donde uno de los policías trata mal a uno de sus habitantes. Pareciendo insuficiente escusa para la quema de coches, destrucción de mobiliario, etc, sin llegar a mostrar una manifestación pacífica en el barrio. Indirectamente el director está poniendo a estas zonas de las ciudades en un gueto, así como poniéndoles la etiqueta de zonas violentas sin profundizar más allá.
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