Fauna. Cinelatino Toulouse 2021
Curiosa forma de narrar la violencia en 70 minutos la del mexicano Nicolas Pereda, quien participa en concurso en cine latino Toulouse 2021 con esta peculiar cinta. Ganador al mejor director en Morelia y nominada en Toronto, San Sebastián y Venecia 2020.
Hablamos de curiosa porque en esta cinta se dan dos elementos peculiares, un actor de verdad que actúa en esta cinta mostrando quien es verdaderamente. Y las dos partes de la cinta, una verdadera, y una segunda en la que actúan los mismos actores que en la primera, pero esta interpretan a los personajes del libro que está leyendo un protagonista en la primera parte. Así dicho suena raro, cuando vemos que los caracteres son los mismos con pelucas, pero el director nos hace reflexionar sobre lo que estamos viendo, intentando dar una lógica plausible.
En la primera parte vemos a Luisa (Luisa Pardo), una aprendiz de actriz que va a pasar unos días con sus padres a un rincón remoto de México, para presentarles a su novio, Paco (Francisco Barreiro), también actor. Tras unos primeros minutos con un largo plano secuencia de los paisajes que la pareja recorre hasta llegar a la casa de los padres de Luisa.
El joven se siente rápidamente incómodo en presencia del padre de su novia (José Rodríguez López) y de su hermano mayor (Lázaro Gabino Rodríguez), ambos rudos y poco acogedores. La escena del paquete de tabaco es antológica cuando Paco quiere regalarle el paquete, pero tras las sucesivas respuestas ásperas de Lázaro, termina quedándose con los cigarrillos. No ayuda que el padre pidiera que actuara para ellos en un bar, Paco responde que su secuencia en "Narcos" no tiene diálogos, pero insisten de tal forma que tiene que inventarse uno. La situación, narrada en la cinta de una forma tan seca, tiene efecto en el público que se dan cuenta de la incomodidad y la falta de total empatía del padre, dando a entender que su mundo es su casa y poco más.
En la segunda parte se narra lo que cuenta el libro de la primera parte, como un hombre (Lázaro Gabino Rodríguez) esta vez con peluca, llega a un remoto rincón de México para encontrarse con un misterioso contacto, Rosendo Mendieta. Al no aparecer busca más información, el hombre conoce a Flora (Luisa Pardo), al meterse en su habitación por "descuido", y luego a su hermana gemela Fauna (Luisa Pardo), que está involucrada con un gangster.
La organización de la cinta está fuera de lo común, obligando al espectador a preguntarse qué es lo que está viendo. Más bien pareciera una obra de teatro donde los actores toman roles distintos durante la obra. Para desconcertar más tenemos a Francisco Barreiro, que en verdad hace de Francisco Arellano Félix en la serie de Netflix "Narcos: México". Esto hace, de nuevo, preguntarse al espectador si es cierto lo que está viendo, obligándole a buscar el nombre en Google y ver en IMDb que está en lo correcto. El poner sin tapujos que es un hacer de verdad dentro de una película, no es algo común, y provoca una extraña admiración por el personaje que empatiza con la que sienten los otros personajes por él. Que le pidan repetidamente que actúe para ellos, cuando Paco insiste en que no tiene ganas, podría denotar falta de sensibilidad por parte del padre, que pareciera que lo hace a "mala idea". Tras unos minutos, el público se da cuenta de que esta "mala idea" no parece tal, pasando a ser admiración, quieren que un actor conocido actúe para ellos y poder ver al maestro en plena acción. Sin darnos cuenta se abre un debate filosófico o social en la mente del espectador, ya que el problema aquí es que el padre no tiene las maneras adecuadas, haciéndonos preguntar si lo importante en una relación son las maneras o el fondo. Pedir algo con fondo noble de admiración, pero de forma ruda. O pedirlo con falsa educación y por obligación algo de lo que no tenemos el más mínimo interés.
Al escarbar un poco en las dos historias, observamos que en ambas los protagonistas tienen una fascinación enfermiza por los tipos malos, narcotraficantes o personas violentas en general. El director parece mostrar la fascinación de los mexicanos por la violencia, creando dos tipos: la psicológica sufrida por Paco, y la física, la que interpreta en sus papeles. En la segunda historia, Fauna, una de las protagonistas, está enamorada de un gangster, de nuevo, la atracción de la violencia, siendo su hermana la que sufre la violencia física en sus propias carnes. Rizando el rizo podríamos decir que la violencia puede ser la Fauna de México, está ahí, inherente al país.
Opinión: 3,5/5
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