Las mejores familias. Miami 2021

Cinta muy divertida nominada en Roma y Busan, del peruano Javier Fuentes-León que estudió medicina, pero su pasión por el cine le llevó a estudiar un master de dirección de cine en Los Ángeles, y ya son 3 largometrajes ("Contracorriente", "El elefante desaparecido"), varios cortos, y la serie para Netflix "Distrito salvaje". Con "Las mejores familias" participa en la sección oficial del festival de Miami 2021, un festival que gratamente es todo un descubrimiento dentro de festivales donde el cine hispanoamericano es una parte importante (diría que la mitad de las películas en programa son hispanoamericanas), y que podríamos comparar con Cine Latino Toulouse, Cine Latinoamerciano Biarritz, o Festival de Huelva.

Con un reparto donde las protagonistas son casi exclusivamente mujeres: Gracia Olayo, Tatiana Astengo, Gabriela Velásquez... esta cinta nos cuenta la historia de dos hermanas millonarias que poseen un terreno enorme en Lima, dividido por una línea amarilla para diferenciar el dueño de cada zona. Sus asistentas son tambien hermanas, y tienen que hacer frente a los problemas que supone la perdida de memoria de una de las hermanas a la que asisten, o los malos modales que en ocasiones tienen con ellas.

La situación se vuelve peculiarmente intrigante cuando uno de los hijos vuelve de España con su novia madrileña.

La película tiene una clara tendencia comercial, pero la forma de tratar algunos temas denota un deje personal del director Javier, lo que la convierte en una extraña especie entre lo ligero comercial, y lo profundo del cine independiente. Este punto intermedio se agradece ya que tiene lo bueno de ambos mundos. Partimos de una familia rica, con problemas de ricos, donde los comentarios sobre los años que una protagonista pasó en España hacen chistes entre los familiares. Pero también está el tratamiento profundo de los sentimientos profundos y cuerdos de la abuela, que en ocasiones es una espectadora del bochornoso espectáculo que dan sus hijas, las cuales no parecen haber trabajado en su vida, teniéndolo todo fácil.

En este ambiente de ricos, están las personas que les asisten. Parece que Javier no quiere dar un discurso buenista de lo malos que son los blancos que tienen a su servicio a los mestizos en Perú, y obviando que es una realidad: por lo tanto, haciendo un retrato fidedigno de la realidad, nos guste o no, nos esboza los problemas y abusos que hacen los de arriba con los de abajo. Es curioso que a lo largo de la película hay una manifestación en la calle, una escena muy parecida ocurre en otras películas hispanoamericanas, teniendo "Nuevo Orden" y su reverencial plano secuencia inicial de la boda y los manifestantes, pero también tenemos "La llorona" teniendo manifestantes en la puerta de la casa del general. Perú, México y Guatemala están de acuerdo en rodar escenas muy similares, en el mismo periodo de tiempo... ahí lo dejamos, pero igual hay mucho más en común entre los países hispanoamericanos de lo que se piensa. Rizando el rizo, podemos decir que "el año del descubrimiento" también tiene relación por las manifestaciones con este fenómeno latino y por ende España.

En la familia hay una pareja gay, y un gay que está con una chica. La escenas en donde aparecen estos personajes son demasiado banales como para que la película profundice en las relaciones de los protagonistas gay, algo que se echa de menos, ya que nos quedamos con ganas de saber más sobre la vida de uno de los protagonistas que vivía en Chueca, era gay, pero ahora está con una chica. Hablan de refilón del asunto de la bisexualidad, pero se hace corto y una oportunidad malgastada para haber hecho la cinta más profunda, y no dejar el tema del colectivo LGBT en simple decorativo comercial para tener más gente como espectadores.

Si bien las relaciones de las dos hermanas ricas con la madre, está bien explicada y quedan claros los lazos de unión o alianzas entre ellas, el resto de personajes secundarios quedan como esto mismo, secundarios, sin llegar a profundizar mucho. Una excepción es cuando preguntan a la pareja que no tiene niños, que porqué no han tenido, la respuesta fue que si otras parejas han planificado tener niños antes de tenerlos, ellos han planificado no tenerlos antes de no tenerlos. Parece absurdo pero la película lo refleja de una forma perfectamente coherente. Sin querer desvelar la película, decir que una de las asistentas si que tiene una especial relación con otro protagonista, y de nuevo, la película se pierde entre tantos personajes, olvidando profundizar en las relaciones que debería. 

Pensamos que a esta cinta le hubiera venido bien 30 minutos más para ser una gran obra. Y eso es mucho decir, ya que lo normal es que las películas nos parezcan muy largas. Para hacer la obra dinámica Javier juega con varios recursos de forma muy inteligente: música dinámica para escenas intrascendentes pero divertidas, música heroica sin sonido ambiental para la locura y el caos, vista aérea con coches simulados para mostrar el recorrido de una casa a otra, división de la pantalla en dos para hacer una maravillosa simetría de escenas. Y es que esto último, el dividir la pantalla en dos, es algo sublime que viene a cuento, y que hace que el espectador sonría con la gran ocurrencia. Aunque no es nuevo ya que lo vimos en "La soledad" de Jaime Rosales, o más recientemente en "el año del descubrimiento", eso sí, en ambos casos sentí que el dividir la pantalla toda la película era innecesario, aburrido y con falta de dinamismo, mientras que en la película de Javier es algo completamente natural y durante unas escenas solamente.

Opinión 3,5/5