Mis 500 locos. Miami 2021

Película de la dominicana Leticia Tonos, seleccionada en el festival de Miami, y basada en la novela de  Antonio Zaglul de mismo título.

Es la segunda película de época de este país que vemos en el festival de Miami, tras Hotel Coppelia. Al final vamos a terminar por conocernos todos los presidentes y dirigentes del país, porque en esta se habla del dictador que gobernó antes de llegar a la época de Hotel Coppelia. 

Rafael Leónidas Trujillo Molina fue el dictador dominicano del que se habla en la película y que gobernó la República Dominicana desde 1930 hasta su asesinato en 1961. Sus 30 años de gobierno son conocidos como la Era de Trujillo y considerados como una de las tiranías​ más sangrientas de América Latina. Su gobierno se caracterizó por el anticomunismo, la represión a toda oposición y el culto a la personalidad.​ Las libertades civiles fueron inexistentes y se cometieron constantes violaciones a los derechos humanos. Sumergió el país en un estado de pánico y «respeto».

Con esta premisa necesaria para los no dominicanos, podemos entender mejor la cinta que comienza en 1953, durante la cruel dictadura de Leonidas Trujillo. Después de que un grupo de pacientes escapen del Hospital Psiquiátrico de Nigua, el Dr. Antonio Zaglul (Luis José Germán) es nombrado nuevo director de la institución con el propósito de acallar las críticas de la prensa por el incidente. Una vez allí será difícil distinguir si la locura vive dentro o fuera de las paredes del hospital.

La cinta intenta dar un toque de vista científico y humano a lo que no se conocía, la esquizofrenia. El trato en los manicomios era violento pero el doctor Zaglul propone terapias "pioneras": cambiar las palizas por camisas de fuerza, o por electroshocks. Su etapa docente no parece acabar cuando se hace cargo del manicomio, mostrando que esta didáctica debería ser continua en todos los trabajos por parte de los gerentes, no solo para hacer un mejor trabajo si no para crear unión entre el equipo. La directora muestra el amor del doctor Zaglul hacía su trabajo, y como su misión, como el la cinta "Charlatán", es salvar vidas y mantenerlas en las mejores condiciones posibles. Paralelamente a "Charlatán" el gobierno de turno viene a destruir su trabajo guiado por los incompetentes de turno y pelotas del gobierno. En este caso son un gobierno anticomunista, pero es el mismo caso de ineptitud y de falta de consideración con la vida humana. 

Las imágenes están tomadas con profesionalidad, quizás sin novedades en ángulos o encuadres, lo que puede hacer la película un poco monótona. La actuación es correcta aunque da la impresión de que todo está excesivamente preparado, los paseos por el manicomio no tienen frescura dando apariencia de que alguien acaba de pasar colocando a cada personaje en su sitio y diciéndole lo que tienen que hacer, sin que sean el personaje. Los comentarios son demasiado solemnes, quizás es la forma de hablar allí, pero resultan demasiado rimbombantes. Con muy buenos actores en los papeles de secundarios, sobre todo en papeles de "locos" que llegan a manejar los diálogos, pero con una excepción, la estatua parlante que es Pavel Marcano quien interpreta al pelota del gobierno González, quién baja un poco el nivel general del reparto. 

La cinta nos muestra de forma muy humana como en los manicomios se escondían comunistas haciéndose pasar por locos para evitar ser fusilados, y como era imposible impedir a los lacayos del gobierno, entrar y apresarles sin contemplaciones. Ante esta injusticia el doctor Zaglul lucha lo que puede, hasta que llegó su límite y optó por la única salida que tenía, y que se explica al final de la cinta. 

Muy interesante desde el punto de vista histórico para los no dominicanos que nos ayuda a aprender de los países hispano americanos, y desde el punto de vista médico, para intentar entender un poco mejor la esquizofrenia, y ese hilo que les conecta siempre a la realidad.

Opinión: 3/5