El sustituto. Málaga 2021


De todos es sabido que el thriller español es uno de los géneros estrella del cine nacional.

Con "El sustituto", su director Óscar Aibar, va mucho más lejos salpimentándolo con aromas de época, usando referencias agudas y toques chocantemente actuales.

La película es un portento y un ejemplo de lo que debe de ser el cine, con una simbiosis perfecta entre la actualidad y el pasado, donde vemos un toque de la trama muy parecidos a la cinta "El verano que vivimos" con una periodista que investiga el pasado de un hombre. Ahí acaban, afortunadamente, las comparaciones.

Las actuaciones de los personajes actuales son para aplaudir, con la siempre creíble Susi Sánchez y Bruna Cusí, quienes tienen su contrapartida en el pasado con un formidable y camaleónico Pere Ponce y Joaquín Climent. Los protagonistas, Vicky Luengo y Ricardo Gómez, convencen pero no son los vencedores en un elenco poblado de grandísimos artistas. 



Con una sinopsis descrita por el programa que desvela parte de la trama y que se pondrá al final de esta crítica para que no sea leída por quien quiera llegar casi sin información a la sala.

El disfrute de esta obra se debe en gran medida a las referencias hechas por su director Óscar, donde es necesario tener un cierto nivel histórico para el goce total. Como ejemplo tenemos el tipo de pistola usada en la segunda guerra mundial, el cambio político que llevaría a España a estar gobernada por el partido socialista, pasando por Paracuellos y su significación en la guerra civil. Conocemos Guernica por Picasso y el salvaje bombardeo llevado a cabo por la aviación alemana que apoyaba a Franco. Pero en Paracuellos ocurrió algo parecido con un cambio de papel en los roles, el que Óscar use el nombre de Paracuellos no le posiciona en ningún aspecto políticamente extremista, ya que a lo largo de la cinta vemos como el director juega sabiamente con ambos bandos, creando una bendita frustración en la que no podemos etiquetarle, como querría el protagonista de "YO". Esta falta de etiquetas es lo que crea una conciliación con el espectador y le muestra que lo importante aquí no son las ideas, que las hay, si no la película como elemento de transmisión cultural e histórica. 

En "El sustituto" no hay ninguna lección moralista, exceptuando un comentario excesivamente obvio cuando la doctora dice que siendo mujer doctora su opinión cuenta poco y que se tiene que esforzar más que el resto. Pasamos esta falta de sutileza por alto, ya que el resto de estereotipos, que hay muchos, son tratados con ojos de la época: fumar en el hospital, comentarios racistas viendo el fútbol, exceso de consumo de alcohol conduciendo y trabajando como policía, conducir sin ponerse el cinturón de seguridad, reminiscencias muy visibles al franquismo y gente que se oponen a seguir con la cantinela de levantar el brazo sin tener miedo a represalias, naranjito y el mundial de fútbol del 82, etc



Y esto son solo las referencias nacionales, la cinta consigue tener referencias a los campos nazis sin caer en un panfleto documental, consiguiendo en cada minuto, que la gente esté más y más interesada en la trama. El toque de poner a una sociedad alemana en la costa marbellí junto con el toque de israelitas que merodean la zona, crea un conflicto de escala internacional donde a priori solo había una trama local y aburrida en el corazón de un pueblo costero español. 

La brillantez del guión creado por el propio Óscar junto con María Luisa Calderón, hacen que lleguemos a imaginarnos el sufrimientos de los judios en los campos de concentración alemanes y polacos, haciendo una comparación con acciones realistas actuales. El espectador no llega en ningún momento a sentir lástima, más bien terror y estupefacción por los métodos utilizados por los nazis. El director deja las lágrimas para otro tema pillando al espectador totalmente desprevenido, y consiguiendo así dar un vuelco inesperado a la narrativa.

La cultura general y en particular la de la segunda guerra mundial mostrada por el protagonista, hacen de él un personaje más interesante, creando un contraste con su mujer quien parece no tener la más mínima cultura general y preguntando sin cesar por qué su marido no quiere acercarse al círculo alemán. El director es crítico con la mujer del protagonista, al ponerla como alguien constantemente negativa, superflua al dejarse deslumbrar por el lujo y que termina haciendo mucho daño a su marido, esta crítica es necesaria puesto que estamos hartos de ver siempre figuras femeninas que son "buenas" en contraposición a sus maridos que son "alcohólicos" e "infieles".



Esta crítica del director no queda en el ambito matrimonial, los carteles de color verde que aparecen al final es una buena referencia al actual clima político y una genial forma de unir el pasado de maldaz contado en el film, con la actualidad que vive España. Este tipo de detalles brillantes son los que hacen que  una película llegue a ser de culto, contando "El sustituto" con muchos puntos para ello. 

El tema extremista queda también plasmado en la relación paterno filial del personaje de Pere Ponce con su hijo, donde se muestra que tener una descendencia con ideas totalmente opuestas era y es algo más común de lo que parece.

La cinta tiene muchísimas lecturas diferentes, entre ellas está el del inicio del "boom inmobiliario" y como las minorías étnicas son desplazadas o "eliminadas" como ocurría en la época de los nacis. 

Incluso el significado real de la palabra "democracia" queda en duda, con una de las frases lapidarias de Susi Sánchez, donde opina que ella no ha visto gran diferencia desde el gobierno de los socialistas.

La cinta se une al resto de las ambientadas en los años 80, "Paraiso", "Maricón perdido", "Live is life" o "La casa del caracol". No se sabe si la moda por los años 80 es algo anecdótico o casualidad, pero en esta edición del festival de Málaga es algo sorprendente.

Otra de las novedades es precisamente la época de las películas, sobre los 80, dejando atrás la hornada de cintas sobre la guerra civil, y pasando a una época más actual, pero con reminiscencias del resultado de la guerra civil. Como pasó en otros países, donde sus películas contaban el estado anímico de su sociedad: en Colombia empezaron haciendo películas de la guerrilla, luego tristes de muertos (para pasar el duelo) y llegando a hacer cine con la problemática actual (violencia callejera). En España es posible que esté pasando lo mismo, dejando atrás la época en la que se solían hacer varias cintas sobre la guerra civil al año, necesarias para no olvidar, como bien recalca "El sustituto" en la frase que cierra la cinta.


Sinopsis:

"en 1982, un joven policía curtido en barrios duros de Madrid acepta destino en un pueblo de mar con esperanza de curar a su hija y, de paso, ganar tranquilidad. Allí se ve envuelto en la investigación del extraño asesinato del inspector al que ha de sustituir. Las pesquisas le llevan a un hotel playero donde una comunidad de ancianos nazis, reclamados por crímenes contra la humanidad vive un retiro paradisíaco"


Opinión 4,3/5







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