Evolución. Cannes 2021

Cinta fuera de lo clásico y muy atrayente. El húngaro Kornél Mundruczó presenta esta complicada cinta en la sección Competición para pelear por la Palma de Oro en Cannes 2021. 

Con Lili Monori, Annamária Láng y muchos otros, el director nos secciona la cinta en 3 actos con 3 planos secuencias de lo mejor jamás visto en el cine. 

El primero tiene una plasticidad que quita la respiración grabado en un único y prodigioso plano secuencia, viendo cómo unos hombres uniformados limpian con escobas y agua una sala. El espectador no tiene muy claro qué es lo que está viendo, pareciera una obra contemporánea donde los limpiadores se van a poner a bailar en cualquier momento por los movimientos rítmicos de sus escobas. Uno de ellos descubre pelo escondido, y detrás van los demás descubriendo pelo, hasta que el director hace que este recurso llegue a la exageración y no nos creamos lo que acaban de sacar de la pared. Tras unos minutos oímos los llantos de un bebé, este bebé será el hilo conductor de las dos próximas historias. Estamos en la Alemania conquistada por los rusos tras la segunda guerra mundial.

El segundo acto es el diálogo de dos mujeres, madre e hija. De nuevo un solo plano secuencia nos hace maravillarnos de lo que estamos presenciando, la maestría del movimiento de la cámara hace que no prestemos toda la atención que deberíamos a lo que dicen las mujeres, que en ocasiones es un poco aburrido. Intentamos encontrar el sentido a la conversación, haciendo poco a poco una unión entre el primer relato y lo que se verá en el último. De nuevo, el acto termina con un evento fuera de lo normal, y tan exagerado que nos resulta raro e imposible de comprender.

El tercer acto, que al igual que los otros, lleva el nombre de una persona que protagoniza el acto, nos muestra a un adolescente un poco esquizofrénico, con problemas de acoso en el colegio y enamorado de una chica árabe. Tanto él como los protagonistas de los otros actos, son judíos. El público empieza a entender todo, obligando a recapacitar sobre lo que se ha visto, uniéndolo con los indicios que se ven en el nuevo capítulo. En contraste al resto, aquí no parece haber un evento exagerado y brutal, donde no encontremos la explicación. Lo que ocurre es simplemente dos chicos, judío y árabe, que se quieren. El director parece indicar que para muchos esto es una de las mayores atrocidades que pueden pasar, el amor entre ambos, dejando al espectador juzgar.

Como en los tres eventos brutales y finales, vemos un fuerte paralelismo con la represión de los judíos en Europa, llegando a su momento más brutal con la invasión de Europa por parte de Alemania. Lo que hicieron los alemanes con el exterminio de millones de judíos es un evento brutal y casi imposible de entender en la vida real. Aquí es donde el director es magistral, haciéndonos ver que todo lo exagerado que veamos en la película, quedará pequeño con la brutalidad que sufrieron los judíos. 

Una poesía dura la de esta cinta que puede llevar a pensar en otras vertientes de la historia, pero que tiene como eje central los judíos, y como incluso en la actualidad hay una manía por cierta parte de los ciudadanos contra ellos, quizás no en Europa, pero en los países que rodean Israel. 

Estos países parecen condenar la ocupación de Israel del territorio Palestino. Mientras que la defensa de Israel es decir que estos países fueron los primeros que negaron la existencia del territorio palestino cuando estos países lo ocuparon nada mas crearse. Desde entonces el mundo árabe, persa, etc están mortalmente en contra de Israel y de los judíos por extensión, sin pensar que vivieron en paz durante siglos. Este odio es el que puede hacer que la escena de los dos adolescentes juntos pueda sorprender. Pareciendo decir que el futuro es olvidar y crear comunidades mezcladas sin odio. Un mensaje muy bonito, para una película técnicamente magnífica, con unos planos secuencias donde la cámara entra y sale de las casas, o sigue a los protagonistas en moto o monopatín, como si fuera llevada a hombros de superman.

Opinión 3,7/5