Date una vuelta en el aire. Biarritz 2021
El director chileno Cristián Sánchez nos trae esta obra de teatro llevada al cine, con un claro espíritu contemporáneo.
Los textos están meticulosamente estudiados para crear situaciones ridículamente graciosas entre los usuarios de un edificio o centro de cultura. El conserje no es un conserje, es un espía con cientos de pelucas, gafas, gorros, trajes..., la directora no es la directora, el director parece que sí es el director del centro, pero lleva un maletín negro que parece ser el de otro hombre, también aparece una misteriosa mujer con movimientos fantasmagóricos. En el belén que se forma terminan entrando un lava-coches con inquietudes artísticas y un chaval que lleva un libro antiguo.
Pareciera una mezcla de los hermanos Marx, con Monty Python, mezclado con la cuchara de Cantinflas, obteniendo una obra coral a base de gags. También podemos saborear los trazos de gente como Raúl Ruiz o Luis Buñuel donde vemos la necesidad de los protagonistas por ser parte de una historia. El problema de esta película es quizás eso, que parecen más gags de un programa de televisión que una película que opta al premio en la selección oficial del festival de cine de América Latina de Biarritz. A pesar de esa aparente falta de amalgama entre los diferentes cortes de la cinta, Sánchez tiene una idea brillante, incluso los actores consiguen llevar a cabo los brillantes diálogos con una naturalidad y credibilidad impresionantes. De hecho uno de los logros más aplaudidos en su obra, es el conseguir que lo más loco que se pueda pasar entre dos personas, llegue a ser tratado con tal naturalidad que el gag en cuestión sea fluido, dinámico. Un ejemplo es la brillante frase del falso portero cuando dice que para perdonar a la falsa directora debe de satisfacer sus necesidades sexuales, con la consiguiente respuesta de la mujer tratando el tema como adultos, sin aspavientos de ningún tipo, haciéndonos pensar que igual ambos ven con buenos ojos el tener relaciones entre ellos con la excusa de que la mujer sea perdonada.
Los comentarios relativos a la sexualidad continúan con total naturalidad, incluyendo al dúo un tercero, en principio el verdadero director del centro, quien atraído por los comentarios sexuales se mete en la conversación pidiendo ser parte del trío. Entre los actores se encuentran Rodrigo González Larrondo, Ana Zabala, Cristóbal Bascuñán...
Sin grandes alardes de realización, sin apenas movimiento de cámara, ni ángulos imposibles, Sánchez nos trae una obra que cumple su objetivo, tenernos fijos a la pantalla contándonos una historia de historias de forma diferente a lo visto hasta ahora. Al igual que pasó con la impactante obra "La Verónica" donde el concepto de cámara se entiende como una enorme escenario de teatro, donde el actor tiene que rellenarlo con su presencia y sus palabras, en "Date una vuelta en el aire" los actores no están constantemente en el centro como Verónica, pero se mantienen casi en todo momento cubriendo ambos lados de la pantalla cuando son 2, o la pantalla completa cuando son 3 o 4, ocupando cada personaje el mismos espacio.
Ninguno de los personajes es más importante que el otro, e incluso el guión nos habla de la importancia de los cargos con momentos de dominio cuando la chica cree que es jefa, o de sumisión o perdón cuando se da cuenta de que no es jefa. ¿Que significa tener un cargo, el derecho u obligación a gestionar?, en el caso de la mujer vemos el efecto "gorrilla" que tienen muchos hombres que se creen con el permiso de gestionar "sus dominios" ya sean conserjes, policías u otro cargo que requiera gorra...sin mantener las formas y con unos aires de superioridad que son infundidos por los poderes de ese cargo que lleva parejo una gorra.
Opinión: 3,5/5
Comentarios
Publicar un comentario