Fire on the Plain. San Sebastián 2021
El director chino Zhang Ji presenta en la competición oficial del festival de San Sebastián su ópera prima. La cinta está basada en un libro de mismo nombre de Shuang Xuetao.
El guion cuenta la china de 1997, donde una serie de asesinatos de taxistas golpea la ciudad de Fentun, obligando a los taxistas a plantarse delante de la comisaría pidiendo que detengan al asesino. Los crímenes cesan repentinamente y 8 años después un joven policía reabre el caso.
La trama policial es solo una excusa para mantener la tensión a lo largo de la cinta. La parte central es la historia de amor entre dos jóvenes, él un bala perdida, y ella una loca de la pintura. La ciudad fría, pequeña, "arcaica" se le queda pequeña a la protagonista, lo que hace que quiera irse al sur donde el buen tiempo, el sol, y las posibilidades culturales son mayores. Él por el contrario, no tiene idea de mudarse, prefiriendo quedarse entre sus amigos, robando dinero, coches o simplemente haciendo el gamberro.
Vemos un querer y no poder de evolucionar, de dar un salto para lograr los sueños, arrastrando para ello a toda la familia. La protagonista quiere irse con lo mejor de dos familias, de la suya: su madre, de la del protagonista: a este mismo y a su padre. Una mezcla que no tenía fáciles combinaciones.
Envuelto en una formidable fotografía (de donde viene el director) y con las dosis justas de violencia salvaje e inesperada esta cinta se convierte en un ejemplo de la nueva corriente de cine asiático cuya máximo representante es el cine Surcoreano, donde el buenismo relajada y parsimonioso convive con una violencia brutal. Este juego entre lo calmado, de caras poco expresivas, gente más bien tímida hace que el público reciba con buenos ojos todo lo contrario: explosiones de depravación destructiva. Con "Fire on the Plain" el director camina de forma suave por la vida cotidiana de unos chicos de provincia, mostrando las dificultades que encuentran para expresarse su amor, para pertenecer a un grupo o para ser aceptado por un padre. La cinta tiene la virtud de mantener al espectador en tensión a pesar de estos temas cotidianos, y es que el hecho de que se hayan cometido asesinatos en la primera hora de la cinta, hace que nos preguntemos qué es lo que está pasando. En la segunda hora de la cinta seguimos en tensión, porque el joven cabeza loca es ahora un policía que quiere reabrir el caso, basándose en una cajetilla de tabaco diseñada por su madre, la información que queda después de 8 años, y mucha mucha casualidad como es coincidir con cierta camioneta como por arte de magia, en una ciudad quizás con millones de habitantes.
Una películas de segundas oportunidades claramente, para el joven protagonista cabeza loca cuando el policía no tomó represalias cuando recibió un puñetazo, o para la pareja que tras 8 años tienen posibilidades de volverse a encontrar. La película de Zhang Ji demuestra una vez más que ir a ver una película china es sinónimo de calidad y dinamismo.
Opinión: 3,5/5
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