Los ojos de Tammy Faye. San Sebastián 2021
Aunque el director estadounidense Michael Showalter sea conocido como director de comedias como "Wet Hot American Summer", en esta cinta concursando en el festival de San Sebastián 2021 no nos vamos a encontrar una.
Más bien es un melodrama donde se mezclan las grabaciones de alta definición para mostrar la realidad, con la mala calidad simulando las imágenes de la televisión de los años 70 y 80.
Tammy Faye llegó a ser una de las telepredicadores más famosas de los Estados Unidos cuando estos empezaron a usar la televisión como medio para propagar la palabra de Dios y recibir donación para hacer que esta palabra y sus ganancias personales fueran más grandes.
La vida de Tammy Faye es la de una niña pobre, donde la imagen que se daba a la sociedad era más importante que las acciones. Las palabras había que cuidarlas o callarlas si se era mujer, así como bailar o besar en medio de un parque. La sociedad conservadora de los EEUU de los 60 y 70 estaba basada, según la película, en un cúmulo de prejuicios contra las mujeres divorciadas, los gais, las mujeres que querían tener protagonismo, o incluso con el maquillaje en la iglesia.
Interpretación de infarto y posible Oscar de Jessica Chastain, quien da vida a Tammy Faye con una caracterización increíble durante un periodo de 30 años, mientras que un Andrew Garfield interpreta a Jim Bakker, en donde el paso del tiempo de 30 años se consigue de forma dudosa tiñéndose unas cuantas canas.
La vida de la protagonista está retratada en esta película que nos habla, quizás desde un punto de vista lejano y desconocido para los europeos, pero muy cercano para los Estadounidenses, del mundo de los telepredicadores protestantes. Su visión de llevar la palabra de Dios por todo el país, pero no de una forma flagelante ,sino cómoda y con todo tipo de lujos gracias a las donaciones que pedían para la iglesia. Estas donaciones son normales en el mundo anglosajón, no ya sólo para la iglesia, sino para hospitales o universidades, donde se construyen módulos o aulas nuevas que llevan el nombre del benefactor. En la iglesia ocurre parecido, la filosofía activista de la iglesia protestantes, ya sea evangelista, baptista, etc, es mucho más dinámica que la católica, pidiendo a sus feligreses que "muevan el culo" y den dinero para ayudar a su prójimo, construyendo colegios, casas, programas de ayuda a países pobres, etc.
La filosofía estaba asimilada por el matrimonio Bakker, que gracias a sus dotes de persuasión consiguieron caer en gracia a sus 20 millones de espectadores. Entre los proyectos creados con este dinero está el parque de diversiones cristiano "Heritage" que crearon y que llegó a tener más visitas que Disneylandia.
Los problemas llegan cuando la envidia de otros predicadores aparece en escena, la paradoja está servida, personas de bien cayendo en el pecado de la envidia... Esto unido a los comentarios revolucionarios de Tammy Faye en favor del colectivo gay y el VIH hacen que ruborice a una parte de la sociedad que se creía cristiana, pero que el amor al prójimo se limitaba a la condición de heterosexualidad.
Desde la naturalidad y la ingenuidad, Tammy Faye pudo llegar a muchos millones de personas presentando el estigma que había en los 70 y 80 en el país contra la homosexualidad, como un ejemplo cierto de amar al prójimo, ya que Dios también les amaba. La intriga de la cantidad de llamadas que recibe el programa justo después de presentar por primera vez a un hombre gay con VIH hace que los corazones de los espectadores latan con fuerza por saber si las llamadas son de apoyo o de repulsa por poner semejante conversación en televisión.
Sin duda una película que removerá conciencias por las cantidad de hipocresías que saca a relucir mostrando a una iglesia que quiere hacer el bien y ayudar a los demás, olvidándose de los que tiene más cerca, en este caso el colectivo gay (LGBT actual). Lamentablemente la actualidad nos muestra que ciertos aspectos del cristianismo siguen aún anclados, con una falta incomprensible de ciertos reconocimientos por parte de la iglesia católica a las personas que no son heterosexuales.
La muy lograda ambientación, decorados, vestuario y maquillajes ayudan a sumergirnos en los años 70-80 que retrata la película, con unas imágenes finales que nos comparan los personajes de la película con los de verdad sorprenden por su gran parecido, y provocan en el espectador a acercarse a Google para saber un poco más de la vida de esta pareja de telepredicadores, y dejarse sorprender con la locura que fue su vida.
Opinión: 4/5
Actualización:
Jessica Chastain con su Concha a la mejor actuación
Comentarios
Publicar un comentario