Hit the road. Seminci 2021
El director y guionista iraní Panah Panahi nos trae esta, a veces alocada, road movie (a lo "Drive my car" pero en la mitad de tiempo) de una familia iraní a la que vemos en un maravilloso e imposible plano secuencia donde la cámara gira 360 grados dentro del propio coche para presentarnos a los cuatro protagonistas, empezando por el hijo pequeño tocando una melodía en el piano pintado en la escayola de su padre.
Con un perro enfermo, un padre cojo y con dolor de muelas, un hijo hiperactivo al que con ganas le daríamos un calmante, un hermano mayor extremadamente sensible y una madre que intenta poner cordura en todo ello. Con personajes estrambóticos como un ciclista que quiere ser como su ídolo Amstrong aunque hubiera engañado para ganar lo que ganó, el plantel está completo para poder mostrar con humor una dura realidad.
La emigración está en la base del film, donde la relación entre los miembros dentro de la familia es tan estrecha que no pueden soportar separarse. Con metodos más complicados que a los que tenemos en Europa, donde emigrar significa comprar un billete de Ryanair, en Irán, por motivos que ellos saben, las complicaciones son mayores.
El cine iraní no deja nunca de sorprendernos por su gran calidad en la ejecución, por sus actores de infarto, por sus guiones perfectamente tejidos llevándonos a donde quieren, una fotografía que hace enloquecer (paisajes montañosos con niebla envolvente, desiertos infinitos...) y en el caso de "Hit de road" un humor made in Irán con el que siempre estamos atentos al film.
Los 4 miembros de la familia son identificables perfectamente, con unos papeles que trascienden del personaje pensando que estamos viendo un documental en ciertos momentos, por la naturalidad de los actores: Pantea Panahiha (madre), Hasan Majuni (padre), Rayan Sarlak (hijo pequeño) y Amin Simiar (hermano grande). Una dirección de actores que nos muestran los vínculos afectivos entre los miembros de la familia, haciéndonos disfrutar de las ocurrencias del hermano pequeño, e incluso de los momentos de extrema relajación del padre contando historias de Batman y un coche de 600 millones de euros. De hecho, el volar con la imaginación haciendo que nos perdamos por las estrellas es parte del gran logro del film.
Romper con lo convencional es lo que logra también esta cinta al mostrar un simpático karaoke de los actores mirando directamente a la cámara, que nos hace pensar en la mítica escena de "El gran movimiento" de Kiro Russo.
Si pudiéramos hacer alguna otra referencia a otra película, podría ser "Priscilla reina del desierto" donde el hijo pequeño tiene una secuencia parecida por un desierto, eso sí, sin el traje plateado de la película australiana.
El cine iraní está en racha (desde hace varias décadas) y esta cinta lo confirma.
Opinión: 4,2/5
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