La naranja prohibida. Seminci 2021
El cine de realidad virtual crea una sensación envolvente, donde el público se siente rodeado por el escenario de la película. Con "La naranja prohibida" esta sensación era aún más fuerte, ya que nos encontrábamos en el teatro Carrión viendo un documental sobre el estreno nacional de "La naranja mecánica" en el teatro Carrión, dentro de la SEMINCI de 1975. El estar viendo el teatro hace casi 50 años sentados dentro de él hace que los sentimientos se multipliquen por dos.
Fuera de esta oportunidad única de ver este documental en el teatro Carrión, hay que admitir que la forma de hilar fino del director Pedro González Bermúdez hace que veamos el contexto histórico desde un punto de vista lejano, hace más de 50 años, en Europa, con un loco cineasta llamado Stanley Kubrick. Para ir acercándonos a una dictadura que aplicaba una dura censura en España, donde todo lo que fuera contra la religión católica no estaba permitido. "La naranja mecánica" por lo tanto, no pasó la censura y no pudo estrenarse. Sorprende los comentarios de las personas que desde algunas ciudades españolas iban a Francia (Perpignan) a ver las películas prohibidas, haciendo maratones entre los cines, cual buffet de comida para dioses.
Con el paso de los años y la muerte del dictador (que todo ayuda) la película pudo llegar a la Seminci, aunque sin ser un camino de rosas: negativa del propio director en el último minuto, amenaza de bomba para desalojar la sala, venta-regalo de entradas a los amigos del dueño del cine dejando a cientos de personas fuera... El hecho es que se estrenó, y la gran expectación se disipó. Algo que sorprende por su sinceridad, es el testimonio de personas que fueron a verla, y que dijeron que no era para tanto, que poco después el efecto de la película desapareció no dejando ni pena ni gloria.
Un documental normal podría acabar aquí, la maestría del director Pedro González radica en que los 3 cuartos primeros de la película son solo una excusa, una enorme excusa para mostrarnos con un golpe de gracia a la realidad que vivimos en la actualidad, esta actualidad donde no ya no se podría proyectar una película actual que trate de tanta violencia, sino que (en palabras de los entrevistados) nadie conseguiría la financiación para realizar una obra como esta, dando a entender que ahora, en el 2021, hay una mayor censura que en la época del dictador Franco.
Sorprende, sí, pero cuando vemos que uno de los cortos con mayor proyección mundial "Fist of Jesus" de David Muñoz y Adrián Cardona no encuentra financiación por su temática, podemos llegar a pensar que este buenismo, donde parece que la moda es ser un ofendidito (como denominaba el anuncio de Campofrío: realizado por actores profesionales), está actuando de una forma más parecida a la república de Cromwell que a otra cosa.
Este documental es un llamamiento a la cordura contra la censura imperante, la autocensura, la piel fina de quien tiene puño de hierro, de poner límites a la imaginación, de impedir el arte en todas sus expresiones, a la diferenciación entre realidad y ficción, en definitiva, un llamamiento a la cordura y al sentido común.
La narración de "La naranja prohibida" estuvo hecha por Malcom McDowell, cuya impresión sobre el cambio radical que ha dado la censura desde que él protagonizó la obra de Kubrick hasta que puso la voz a la de Pedro González, debe de ser como mínimo sorprendente. Esta censura autoimpuesta de la que la gran mayoría del mundo cinematográfico se queja, pero que nadie parece o puede contradecir públicamente.
Malcom McDowell estuvo en el Carrión viendo "La naranja prohibida" acompañado del director, cuya obra se proyectó un día antes de la inauguración oficial del festival de Seminci.
Opinión: 4,3/5
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