La peluquería de Huda (Huda´s salon). Seminci 2021
La relación entre Palestina e Israel siempre da para hacer guiones interesantes basados en la macabra relación que en ocasiones hay entre ambas partes.
La cinta del director y guionista palestino Hany Abu-Assad comienza con un texto esplicando de la situación de Belén y el muro que le rodea. El espectador podría pensar que es parte de una propaganda pro palestina, pero la información es necesaria para entender los sucesos posteriores.
El servicio secreto israelí utiliza una peluquería como tapadera para chantajear a mujeres y que les envíen información sobre armamento, gente sospechosa, etc.
El guión y la forma de rodar atraen la atención del espectador quien queda sorprendido con algunas de las escenas más salvajes del festival.
Palestina reprimida por todos los bandos
El eje gravitacional del argumento es Reem (una increíble Maisa Abd Elhadi) quien sufre un chantaje. Tiene un bebe y un marido (imbécil según la película). La presión por salvar la vida es frenética, sin saber muy bien de quién se tiene que huir, si del servicio secreto israelí o de los milicianos palestinos.
Abu-Assad nos plantea el dilema sobre la brutalidad y el ansia de control, no ya sólo de los israelitas, sino de los humanos en particular. Muestra los abusos cometidos por todo aquel que posee una posición de superioridad, los israelitas con los palestinos, y los milicianos palestinos con el pueblo. El director pareciera sugerir que tener un gobierno israelita no sería del todo malo, con la posibilidad de "huir" a Israel para dejar atrás la barbarie que teme vivir Reem.
En contrapartida está Huda (Manal Awad) la peluquera que estorsiona a las jóvenes, y Hasan (Ali Suliman) el miliciano que "defiende" al pueblo palestino. La obsesión por no perder un poder opresor es una constante en la cinta, que muestra su maestría al plantearnos dudas existenciales sin caer en paternalismos durante las conversaciones entre Hasan y Huda.
La cinta muestra una realidad que para muchas personas es desconocida, incluso para los israelitas. Israel vive ajena a esa parte de la "palestina ocupada" sobre todo desde que se construyó el muro y los atentados con bombas en autobuses, restaurantes, etc, dejaron de ser un problema. La realidad que vemos en Cisjordania es muy diferente de la que se vive en la franja de Gaza, que siendo también palestina, ni el gobierno es el mismo, ni la relación de Israel es la misma.
Israel: ¿la tierra prometida para los palestinos?
En Cisjordania hay una aparente calma, el lanzamientos de cohetes hacia Israel es casi nulo, así como los ataques posteriores del ejército israelí. El paso diario de palestinos desde Belén a Jerusalén es continuo y normal gracias a unos permisos de tránsito, estos permisos son parte de la moneda de cambio en "Huda´s salon" y algo preciado. El querer ir al terreno del "enemigo" es paradigmático, al igual que ocurre con los mexicanos que gracias a la "green car" van al país al que parecen culpar de todos sus males nacionales.
Con partidos árabes dentro del parlamento israelí, la normalidad entre ambos países podría sorprender a más de uno que recibe noticias alarmantes de la región (y que por ende venden más).
Una cinta dinámica, que nos presenta una posible realidad dentro de Belén rodada y actuada de forma brillante, que atraerá fácilmente la mirada de un público ávido de historias diferentes.
Opinión: 3,5/5
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