Rebel. CANNES 2022
Adil El Arbi y Bilall Fallah han creado una obra maestra de 2h15, y no parece que se hayan dado cuenta. Desde el inicio, la cinta nos atrapa, obligandonos a estar despiertos y concentrados aunque pase a las 8:30 de la mañana y nos falte un café.
Vemos la vida de una familia, cuya madre cuida sola de sus dos hijos. Uno de ellos va a Siria como voluntario a ayudar, tras haberse metido en un problema de drogas en Bruselas (su ciudad). Quiere hacer sentir orgullosa a su madre y recuperar su confianza. La cinta se sitúa en 3 escenarios: Siria, Bruselas actual y Bruselas en el pasado. La idea de los directores es mostrar qué motiva a un europeo a ir a Siria, y cómo son vistas por sus compatriotas, las acciones que llegan en video y que no muestran la realidad.
Las falsas esperanzas desaparecen al creer que el alma humana es bella durante una guerra. La brutalidad medida y grabada es uno de los sellos del ISIS, por donde pasa el guión. La sorpresa viene, de que multitud de personas vienen de otros paises para crear una comunidad, que lucha por la pureza del islam, donde escuchar música, fumar o tener pasaporte se llegua a castigar con la muerte.
Aboubakr Bensaihi hace de hermano mayor, que deja Bélgica cansado de que no se haga nada para ayudar a "sus hermanos" en Siria. El fanatismo religioso es uno de las vias argumentales, dando tambien la contrapartida de los beneficios del islam entendo de forma compasba. Se podría pensar que el islam es la causa de todos los problemas, dejando una posible etiqueta de racismo o islamofobia. El cine belga o francés hace caso omiso a las modas buenistas y hablan de lo que quieren y como quieren.
Tratar temas imposibles de tratar en otros países
La falta de complejos a la hora de tratar temas como la integración de los árabes de primera, segunda o tercera generación, no parece encontrarse en ninguna industria cinematográfica de otro país de Europa, que en ocasiones llaman a estos temas "estereotipos". Con cintas como Una historia de amor y deseo, Arthur Rambo, The Shift, Mis hermanos y yo o Las lágrimas del Sena.
Al igual que en "El gran movimiento", vemos bailes, aquí tenemos tres, en un delirio de poesía, danza, belleza, saber transmitir, los protagonistas cantan una canción mientras lo más terrible que les pueda pasar les está pasando. El público valora enormemente el esfuerzo de los directores al arriesgar, contando de una forma tan original algo tan duro, esto hace que el mensaje pase, sin mostrar llantos, sangre, lágrimas o gritos infinitos.
La mezcla de fantasía, como es el caso de los bailes, con la realidad más cruda, mantiene al espectador en vilo, tenso, creando una historia que no está dentro de ningún parámetro, no se recuerda haber visto una película parecida, que podría haber acabado a los 90 minutos, o a los 120, pero llegamos a los 135 con un final original, increible y con mensaje.
La madre está interpretada por Lubna Azabal, el amor que tiene por sus hijos queda claro en la frase que dice a uno de ellos: eres mi hijo, te quiero, pero tienes que abandonar esta casa.
La idea de proteger al hijo menor es lo fundamental, y sin saber muy bien el motivo, esto se vuelve contraproducente.
Nunca generalizar
Al igual que la culpa de la guerra no la tienen los videojuegos de guerra a los que juega constantemente el hermano pequeño, la religión no tiene la culpa de la radicalización en Siria. Los directores quieren dejar bien claro que las generalizaciones no son buenas, llegando al extremo de mostrar al hermano mayor como un paria o un héroe, dependiendo de qué noticia se difunda, sin prestar atención a los detalles.
La propaganda que se vió claramente con Hitler y su ministro de la propaganda, hacen crear similitudes ante las situaciones surrealistas de grabar en el campo de batalla de Siria, repitiendo ciertas imágenes porque no quedan bien ante la cámara. El show de la guerra se ha convertido en un modo de publicidad, sin darse cuenta que en este caso, el ISIS utiliza videocámaras que en principio están prohibidas por sus costumbres. La idea de : haz lo que digo, no lo que hago, no parece ser solo utilizada en ciertos países europeos.
El poder de la mujer queda claro, sin tener que levantar ningún puño ni repetir eslóganes. Tanto el coraje desbordante de la madre, que no hace nada más que ser eso, una madre, como la mujer sunita del protagonista, quien es médico y salva vidas a pesar de que la suya está en peligro.
Vemos también a una mujer dirigiendo un grupo militar. Todo tiene su contrabalance en la parte del ISIS, donde las mujeres son tratadas literalmente como ganado, subastadas en un mercado al mejor postor. Sorprende el aparente silencio de los medios europeos y de la policía en la película, en esa época, dando la espalda a los europeos que se encontraban allí, por ser un país en guerra, sin darse cuenta que un día esos que están en Siria vendrán a Europa y se harán explotar aquí, según palabras de la protagonista.
Opinión: 4,7/5
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