Project Wolf Hunting. TORONTO 2022
Un carguero que transporta parte de los delincuentes más peligrosos surcoreanos desde Filipinas a Corea del Sur. Con policías más bien inútiles, mientras hay una tormenta y un engendro terrorífico.
Con estos ingredientes, el cocktail de película para pasarlo bien esta servido cuando se le pone un poco de humor.
No se busca una película profunda, con mensaje, el director, Kim Hongsun, quiere solo (y ya es mucho) hacernos pasar un buen momento, y lo consiguió.
Estrellas de la canción enseñando el cuerpo
En su estreno en TIFF22 la sala estaba llena, con multitud de fans que gritaban durante la película, y en la sesión de preguntas posterior.
Su estrella, Seo In-guk, es un malvado sin escrúpulos, algo dentro de los parámetros lógicos. Si bien las imágenes de su cuerpo desnudo y tatuado son parte de la dieta de los fans, la verdad es que convence su actuación. Tanto él como el resto de personajes mantienen constantes peleas, persecuciones, y mutilaciones. Con artes marciales, disparos y cuchilladas, condimentado con vísceras, sangre, heridas o sustos, hacen que sea imposible desconectar.
Al igual que el cine español, o el de Indonesia, el surcoreano está viviendo la época dorada del cine de terror. Basta ver la nacionalidad para tener media apuesta ganada.
Una lógica ilógica
En este tipo de películas hay licencias que se conceden a un guión fantástico. Aunque hay que admitir que, en un par de ocasiones cuesta creer lo que se ve, al no cuadrar con la propia lógica aplicada en el film en secuencias anteriores, así no entendemos que malos malísimos tengan miedo y se sran protegidos por un médico miedoso.
Sin duda una experiencia con la que disfrutar, y entre 4 y 5 toneladas de sangre falsa (según entendimos al director) con la que darnos un verdadero baño de sangre.
Opinión: 3,5/5
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