World War III. VENECIA 2022

No podía ser menos este año y el cine iraní vuelve a sorprendernos gratamente.

La capacidad de imaginación de los guionistas y la destreza de los directores iraníes, son una muestra de que el Dios de la cinematografía (si es que hay) tocó esta región con su varita mágica, haciendo que constantemente salgan perlas de este país.

Hitler en Irán

En esta ocasión, el director Houman Seyedi se estruja la imaginación, para hacernos cercanos la lucha de clases constante, en donde Hitler, la mafia y los productores de cine, juegan un mismo papel ruin, contra los presos en el campo de concentración, los extorsionados y los extras que actúan en la película.

En esta magnífica película nos sorprendemos por varios aspectos, empezamos por el fotográfico, donde el espectador se tiene que frotar los ojos para creerse lo que está viendo, un campo de concentración Nazi en Irán, en donde uno no llega a ver bien si el trato vejatorio se está llevando de forma interpretada o es real, cuesta diferenciar uno u otro lado de la cámara.

Un "monstruo" de la interpretación

De nuevo los actores son un punto a destacar en esta película ya que la actuación de Mohsen Tanabandeh sorprende por su solidez, no solo como él mismo o como Hitler, sino por la evolución sorprendente que su personaje lleva a cabo, desde un punto A un punto A, pasando por todas las letras del abecedario de registros, que harían tomar nota a muchos de los ganadores de los Oscar, Goya o César, como mejor actor de los últimos tiempos.

La finura con la que muestra los grados de sumisión de un hombre a otro, nos deja pasmados, ya que, en muchas ocasiones en las sociedades occidentales no nos damos cuenta de ese tipo de sumisiones, o a veces no queremos verlo porque no nos pasa a nosotros.

La presión de intentar complacer a todo el mundo, bien sea a una mujer que aparenta querer únicamente el dinero, sin que esta incógnita sea desvelada, o un hombre que se siente pisoteado en su posición dominante de dormir confortablemente en un set de rodaje, hacen que realmente el director opere con un bisturí dentro de las entrañas de los sentimientos humanos, haciendo que todo quede bajo un aura de una filmación sobre la segunda Guerra Mundial, que desvela esa nueva guerra de clases, y que se podría denominar la tercera guerra mundial "World War III" entre los que son o se sienten oprimidos, y los que oprimen sabiéndolo o no sabiéndolo.

Con un final apoteósico en el que el actor y el papel se funden en uno a lo Béla Lugosi, nos quedamos con una sensación de haber visto una gran película.

Opinión 4,3/5