Linoleum. PIFFF 2022
El director estadounidense, Colin West, consigue algo complicado, que una película de un festival de cine fantástico y terror, sea realmente profunda. "Linoleum" deja al espectador tocado tras ver los 102 minutos de la cinta, ya que en los primeros 95 las secuencias un poco ilógicas se suceden, hasta que todo se ata al final, creando una retrospectiva del conjunto de la cinta que asusta por lo bien logrado que está.
Guión de locura
Cameron Edwin (un inmenso y empático Jim Gaffigan) tiene una emisión científica en la televisión. Su mujer (una excesivamente inexpresiva Rhea Seehorn) e hijos lo miran con condescendencia, ya que saben que aunque le han prometido un mejor horario para su programa, nunca sabrá imponerse a su jefe para que cumpla la promesa.
A todo esto se suma un meteorito que cayó en su jardin, un nuevo vecino que se parece sospechosamente a Cameron, y su hija que comienza a frecuentar al hijo del vecino, sin olvida un coche que cae del cielo...
Lo enormemente atrayente de esta cinta es la aparente locura que tiene el guión, y lo bien hilado de este, que consigue tratar temas tan importantes como el alzhéimer, las añoranza o la amistad, de una forma tan extraordinaria, que al final de la cinta es casi imposible no derramar una ( o varias) lágrima.
Polos opuestos
Una cinta que constantemente compara los extremos de la vida. Uno muy notable es el distinto formato de la edición del show divulgativo, en donde Cameron utiliza el humor, los dibujos, la música para enseñar ciencia, mientras que su vecino, militar de profesión, es cuadriculado, estricto y excesivamente académico. Esta confrontación ocurre en muchos aspectos de la vida, incluso en el propio cine, donde en ocasiones pareciera que las películas tienen que ser intensas, con actuaciones pesadas, profundas, para considerar la cinta como de calidad, sin darse cuenta que otro tipo de formato que no sea el drama, podría tambien (o mejor) transmitir el mensaje al espectador.
Las ilusiones perdidas unidas a la nostalgia, son recursos que más o menos se han intentado transmitir en el cine con películas como "Wendy", pero que es aparentemente más complicado que transmitir otros sentimientos donde se puede usar el presente: odio, amor, alegría, tristeza. La nostalgia no se transmite simplemente poniendo un primer plano de un actor con el ceño fruncido durante los 120 minutos de la cinta, en 4:3 y en blanco y negro. Aquí hace falta imaginación, dar vueltas al guión, que el director se complique la vida para que haga el visionado del público facil, hacer comprender el mensaje a un espectador con una capacidad intelectual media, y ahí radica el éxito de cualquier película, y en particular de "Linoleum".
La parte desenfadada de Cameron, quien a vista de su familia es un perdedor, en comparación con el rígido vecino, quien parece que le va todo bien en la vida, hacen reflexionar al espectador sobre la conveniencia de una u otra forma de vida. La cinta lleva sigilosamente a que los personajes cambien abruptamente en un momento dado, haciendo que se cree un mundo imaginario, ideal, bello, y ahí es cuando Colin West acaba de crear la magia, cuando tiene al público en el bolsillo.
Una verdadera sorpresa que hace ganar puntos al cine de autor creado en Estados Unidos, un poco ausente este año 2022.
Opinión: 4,2/5
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