Perdidos en la noche. CANNES 2023

La nueva película del mexicano Amat Escalante intenta ser un juego que contente tanto a la crítica (un ejemplo es que está en el Festival de Cannes) como al público (con actores mediáticos como Ester Expósito). Esto es totalmente legítimo y debería de ser hasta un ejemplo a seguir en todas las películas que vayan a festivales de cine.

Estereotipos sobre México

El director nos presenta un tema muy recurrente en el cine actual mexicano: la brutalidad y la corrupción de la policía mexicana, algo que empieza a parecer más que curioso porque se trata de una forma tan natural que no se parece concebir México con policía honrada, generalidad que por otra parte debe hacer mucho daño a la imagen del cuerpo policial del país, sobre todo para los extranjeros que hayan visto este tipo de películas. Siempre habrá quien diga que el cine refleja una parte de la realidad, y que los policías mexicanos sean corruptos parece ser el caso para muchos directores de cine.

El guión gravita sobre un chico de clase humilde, que no duda en subirse a un andamio por 200 pesos, quien termina trabajando para una celebridad en México.

Gusta mucho esa dualidad a los directores mexicanos cuya máxima expresión es Michel Franco, donde parecen disfrutar confrontando a ricos y pobres, también entre etnias poniendo a los blancos en el objetivo de todas las críticas, esto son constantes repeticiones de films ya vistos como “Nuevo orden” o “que viva México” de Luis Estrada.

La violencia es otro de los condimentos que suelen tener las películas mexicanas en festivales de cine, como en “La caja” o en “El hoyo en la cerca” en Venecia. Pero casi lo complicado sería encontrar una cinta mexicana en un festival donde no haya violencia, ok, quizás “Totem” es la excepción.

Estrellas para vender

Lo que hace a esta película diferente al resto es que cuenta con una de las estrellas internacionales más famosas para la “chavalada”, Ester Expósito, la cual mueve un grupo enorme de fans por lo que imaginamos que habrá cobrado acorde a esto. Su trabajo como actriz sigue sin poderse definir como extraordinario pero hay que admitir que su acento mexicano es perfecto. No ya sólo por el acento y los orígenes, sino por la idea de mezclar culturas en películas en donde aparezcan técnicos, actores, directores o productores de los dos lados del charco, ayuda a mejorar la riqueza de ambas partes creando así una envidia sana en otras industrias que no pueden decir lo mismo, como es la francesa.

Un trabajo que en dos horas nos muestra que hay que pelear por los principios independientemente de todas las contradicciones y fuerzas que se antepongan, incluso las policiales. La desaparición de personas en México se consideran asesinatos en otros países, no utilizando esta palabra dura: “asesinato” en México, probablemente por la cantidad diaria que hay, prefiriendo cambiar la palabra para soportar mejor la epidemia.

Juan Daniel García Treviño se confirma como un actor referencia

Sin unas actuaciones memorables, exceptuando la brillante esperanza Juan Daniel García Treviño, a quien ya pudimos ver en "Ya no estoy aquí", ejemplo de que los actores naturales pueden llegar a convertir la actuación en su trabajo. El resto no brillan excepcionalmente y quedan simplemente para hacer un coro a Juan Daniel García Treviño. Este actor nos descuartiza con su forma de mantener la mirada, llegando a transmitir esa humillación al ser descubierto en un momento íntimo por la hija de su jefe.

Los comentarios respecto al arte contemporáneo y sus rarezas se mezclan bien con el hecho de que hay muertes involucradas en el guión, en donde uno no sabe si esos cuerpos han sido utilizados como arte,por lo que pudiera ser una forma de justificar el asesinato, o simplemente se trata de una locura del artista y poniéndole el halo de arte se disfraza su mediocridad. La vagina boca es la obra de arte que vemos al inicio, la que le dió la fama y sobre la cual la cinta gira.

Independientemente de quién vea la película, la cinta tiene aspectos que gustarán, con diferentes lecturas como ya pasó con “Nuevo orden”, jugando su baza principal al dinamismo y al mantener la tensión en todo momento haciendo que los espectadores queden atrapados en sus butacas durante los 120 minutos.

Opinión 3,7/5