For Night Will Come (Esperando la noche). VENECIA 2023
Céline Rouzet presenta esta historia de un Drácula moderno, intentando poner la lógica en el epicentro de todo.
Élodie Bouchez, quien nos sorprendió hace años con "La vida soñada de los ángeles" nos sigue enamorando en esta película, en el papel de una madre que tiene que cuidar de su hijo, quien
necesita sangre y evitar el sol para sobrevivir.
La actitud de los vecinos, arrogante, se asemeja a la de un lobby en el que no puede entrar nadie de fuera, nadie diferente tanto a nivel de clase, cultura, o en este caso alimentación.
Exclusión por ser diferente
Los esfuerzos por dar alimento a Philémon (Mathias Legout Hammond) muestran los malos momentos que una familia tiene que pasar para cuidar a uno de sus miembros que
está fuera de la sociedad. La exclusión llega a tocar a toda la familia como una gripe que se contagia,
sin tener posibilidad de poder explicar al resto, los motivos o lo lógico de cuidar a un hijo incluso en
estas circunstancias.
Con un toque sangriento que esperamos que llegue en algún momento, este se hace esperar, y es
precisamente esto, la tensión, lo que mantiene al espectador en vilo. Con películas similares, como
Crudo, The Innocents, Lamb, o Teddy, tenemos un film de "terror" moderno, sin que lleguemos a sentir miedo, pero sin dejarnos indiferente, con
una secuencia de sucesos que nos hace preguntarnos cómo van a poder congeniar las diferencias de sus
protagonistas con la sociedad, una sociedad establecida, con reglas, que no termina de ver con buenos ojos lo
diferente.
Lo diferente habla de lo común
Se agradece este tipo de obras que salen de la generalidad de historias actuales, más típicas de festivales como el BIFFF, PIFFF, Mórbido o Sitges. En donde se utiliza un elemento sobrenatural para contar o criticar unas actitudes muy reales, cotidianas
que podemos llegar a vivir si nosotros, como individuos, nos salimos del discurso establecido, un discurso que
en la actualidad está muy claro, y que por lo general cuesta el repudio social de una sociedad monopolizada
por una idea vacía del bien y del mal. En el caso del protagonista, beber sangre estaba mal, igual es más sano
que el alcohol...
Una historia que no termina de llegar por su falta de profundidad entre los personajes, y que es demasiado
seria, demasiado profunda, que termina por detonar un final que no terminamos de entender por la coincidencia
de tiempos y lugares, más propios de un film de Hollywood que de Francia.
Opinión: 3,5/5
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