David Hurst, jurado Horizontes Latino, artículo. SAN SEBASTIÁN 2023
David Hurst es probablemente el productor más importante del
mundo en coproducciones de cine hispanoamericano. Desde su productora “Dublin films” con base en Burdeos, Francia, tiene antenas en otros lugares como Medellín,
Colombia.
Es un habitual en los festivales de cine, donde en ocasiones
lleva hasta 7 proyectos, como en la pasada edición del festival de Cinelatino
Toulouse. David tiene en su portafolios películas como “Diógenes” de Perú, “Anhell69”
o “La roya” de Colombia, “Pornomelancolia” de Argentina, y más proyectos en otros
países como México.
Con este sorprendente currículo, no es de extrañar que le hayan
hecho presidente del jurado Horizontes Latinos del festival internacional de
cine de San Sebastián en su edición 71, entre los que se encuentra la actriz y directora
chilena Manuela Martelli.
David Hurst declara a este periodista que estar en el festival
como jurado “es una experiencia muy interesante, muy agradable, es extraño
porque desde hace años participo en el festival como miembro de la industria…por
primera vez me encuentro en el otro lado y con la responsabilidad muy importante
de ver una selección de 12 películas que representan la creación del año en América
Latina”.
El cine de Hispanoamérica es diverso por la cantidad de países
que lo componen, pero en ocasiones se tiende a empaquetar las películas de esta
región diciendo que es cine latino, sobre la singularidad de este cine, el
productor francés apunta que: “ la manera de acercarse al cine y hacer cine en
Europa, en Francia, tiene una manera de hacerlo demasiando institucionalizada.
Yo encuentro una manera más libre de hacer cine, hay más personas en América Latina
que toman más riesgos, en todo: en temáticas, en formas, de manera de contar.” Añade
que “quizás hay una urgencia en América Latina de hacer cine que es más fuerte
que en Europa, y esa urgencia da…energía y una manera de estar atento a los vínculos
afectivos”
David Hurst comenzó a producir películas del continente
americano gracias a que fue invitado en 2016 por el BAM y por Proimágenes
Colombia, “ahora es casi de mi corazón, tengo una relación hoy muy fuerte, muy profunda
con Colombia, con directores y productores de Colombia, también con
instituciones y festivales. Es un país donde, me parece, que hay una articulación
muy buena entre un deseo de creación e instituciones que acompañan este deseo, como
Proimágenes, pero también hay departamentos como Antioquía, o también ciudades
que tienen fondos especiales.”
Comparando la situación de la producción con Argentina, Hurst
señala que “en Argentina, en este momento, hay una preocupación enorme con lo
que espero no va a pasar en las próximas elecciones, pero en Colombia, estoy
notando que hay una evolución positiva cada año, aunque también hay preocupaciones
sobre, por ejemplo, con las plataformas que toman su espacio y mucho dinero.
También una preocupación en Colombia es la proporción de películas nacionales
que se ven en las salas. Hace unos años era el 10% de cuota nacional, ahora es
el 3%, hay esta preocupación de dar espacio a la difusión y la distribución a
las películas nacionales en estos países.”
La región de Nueva Aquitania es donde están situadas las
oficinas centrales de Dublin Films, respecto a las ayudas a la coproducción
internacional que hay por parte de esta región, David señala que “ en nuestra región
tenemos esta historia desde hace 10 años, donde es posible para un productor
regional hacer una coproducción aunque no haya rodaje en el territorio de la
región. Pero tenemos que gastar el dinero que nos da la región en cosas de la
región, entonces mandamos técnicos en los rodajes en América Latina”, aunque
señala que sobre todo “los directores vienen a Burdeos o a Rochefort, u otros
lugares de la región, para hacer una parte importante de la postproducción…aprovechando
que hay muchos estudios de posproducción en la región.”
Volviendo la mirada a los inicios de David Hurst es
sorprendente lo que ha conseguido desde que empezó siendo conductor en una
producción de cine de Estados Unidos, que se rodó en Dordoña con Drew Barrymore
y Anjelica Huston (Ever After: A Cinderella Story, de 1998), nos relata que “de
chofer pasé a asistente de localizaciones, después jefe de localizaciones, etc,
hasta que me aburrí un poco de esta manera de estar en el cine, solo desde el momento
del rodaje.” Continúa señalando que “decidí comprometerme mucho más haciendo producción
de autor para estar atento en una película desde la escritura hasta la
distribución.” Reconoce que “es un acto político, es una manera de intentar
participar en la lucha contra la globalización, contra la uniformización, y defender
miradas singulares e historias emocionantes.”
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