Fallen leaves. SEMINCI 2023
Aki Kaurismäki vuelve al festival de cine de Valladolid con la cinta con la que consiguió el premio del jurado en Cannes 2023.
Humor como bandera
El peculiar director finlandés nos muestra un escenario ridículamente falso, en donde los primeros planos de pánfilos o las secuencias de dos personas sentadas una al lado de la otra con diálogos más propios de Faemino y Cansado, que de una película de autor, nos hacen transportarnos a un universo lejano, al universo del finlandés, quien suele aparecer en público con una copa de más.
El alcoholismo en el director nórdico no es algo conocido, sino que riza el rizo para crear una obra que muestra los estragos del alcohol. Pareciera como si el director quisiera dar a entender que ya ha escuchado a todos los que le decían que dejara de beber, pero le hubiera hecho caso omiso, mostrando que el alcohol puede ayudar a perder trabajos manuales, pero a crear obras de culto si se refiere al cine.
Estética para perdernos en el tiempo
Las luces planas, los vestidos de las mujeres ,siempre de faldas de los 70, por debajo de la rodilla, con camiones antiguos nos evocan a equivocarnos al decidir en que época estamos. Inteligentemente el director cuela noticas de conflictos actuales, duros, críticos contra Rusia, y que pueden demostrar no ya el rechazo al conflicto actual, sino la especial tirria que Finlandia tiene a Rusia desde hace décadas. Quizás es excesivamente persistente con sus mensajes radiofónicos, de hecho, todo en esta película parece persistente, los chistes sobre la edad de uno de los coprotagonistas, el uso del alcohol, las charlas insípidas de bar...todo se repita una y otra vez para llegar a 80 minutos que se hacen ligeros gracias al humor acido del guion.
Los silencios y las inexpresiones de los protagonistas, no terminan siendo incómodos, de hecho, en esta cinta que habla de finlandeses, parece ser un fiel retrato o parodia de la idea que se tiene de ellos. El espectador puede ver la perspicacia de un director que en presencia del público parece no tener control de sus palabras, cuerpo o consciencia, pero que detrás de las cámaras de revela un prodigio. Con toque parecidos a Almodóvar, colores chillones, primeros planos de mujeres inexpresivas, decorados sigilosamente artificiales (las paredes de la casa dan más la sensación de ser un decorado que una casa de verdad). Al igual que el director manchego, el finlandés es LA referencia del cine finlandés, a pesar de tener un relevo claro y dinámico, con actores que no parecen robots andando o actuando (parece que a petición expresa del director), con obras como "Tove", aunque aún desligado del fantástico cine nórdico representado por Noruega, Dinamarca o Suecia.
Una obra diferente, original, con un claro juego de palabras constante y sentido del tiempo que hacer permanecer despierto al espectador.
Opinión: 4/5
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