Miséricorde. FIFIGROT 2024

Con "Miséricorde", Alain Guiraudie regresa a explorar los rincones más oscuros del entorno rural francés, un paisaje que, bajo su mirada, siempre parece albergar secretos inquietantes y pasiones reprimidas. Como en sus aclamadas películas anteriores ("El extraño del lago" y "Rester vertical"), Guiraudie vuelve a tocar los temas de la naturaleza, de la masculinidad, la sexualidad y la violencia, hilvanados en un entorno donde lo bucólico se convierte en opresivo y claustrofóbico.

La trama sigue a Jérémie (interpretado por Félix Kysyl), quien regresa a Saint-Martial para el funeral de su antiguo jefe, un panadero llamado Jean-Pierre. Este regreso al pueblo de su juventud lo reencuentra con Martine (Catherine Frot), la viuda de Jean-Pierre, quien lo recibe con los brazos abiertos y lo invita a quedarse unos días. Pero lo que parece un gesto de hospitalidad pronto se torna en algo más sombrío, ya que el hijo de Martine, Vincent, sospecha de las intenciones de Jérémie y de su posible interés romántico en su madre.

Guiraudie utiliza el entorno rural para crear una atmósfera de tensión creciente, en la que las relaciones entre los personajes se vuelven cada vez más complejas y ambiguas. La reaparición de un viejo amigo, Walter, y la sugerencia de Martine de que Jérémie reabra la panadería añaden capas adicionales de conflicto y sospecha. Las interacciones entre estos personajes revelan un trasfondo de celos, deseos no expresados y rivalidades que terminan desembocando en la violencia.

Félix Kysyl da vida a un Jérémie enigmático, un hombre cuyo pasado y motivaciones quedan mayormente ocultos. Su actitud despreocupada, casi flotante, contrasta con la intensidad de los eventos que se desarrollan a su alrededor. El espectador nunca está completamente seguro de cuáles son sus verdaderas intenciones, lo que añade un elemento de misterio que impulsa la narrativa. Catherine Frot, por su parte, aporta una presencia extraña y matriarcal que, hacia el final de la película, revela tener también sus propios deseos e intereses.

Lo que más destaca en el film es la manera en que Guiraudie mezcla géneros, llevando la película hacia territorios de suspense y cine negro, pero sin abandonar su característico tono díscolo y surrealista. La trama toma giros inesperados, incluidos encuentros violentos y desapariciones misteriosas, que mantienen al espectador en constante incertidumbre. El ambiente nos puede recordar a la obra "As bestas" de Sorogoyen, quien utiliza un bosque y las rencillas en un pueblo para crear un misterio similar al que vemos en esta obra. Otra mano española que se nota es la de la soporífera producción de Albert Serra, que aunque quizas no tuvo mucho que decir en la producción junto con otros tantos, su tufillo peculiar parece quedar de fondo en el film.

Uno de los personajes más interesantes es el abad local (Jacques Develay), un hombre que se presenta como alguien dispuesto a ayudar, pero cuyas motivaciones están lejos de ser desinteresadas. Su figura simboliza la tensión entre los deseos reprimidos y las obligaciones morales, algo que Guiraudie maneja con su habitual maestría.

Al final la cinta se convierte en una exploración sobre las necesidades humanas y lo que estamos dispuestos a hacer para satisfacerlas, incluso en circunstancias que parecen insostenibles. Guiraudie nos recuerda que, aunque algunos aprendan a amar sin esperar nada a cambio, los deseos no desaparecen y pueden desencadenar los eventos más insólitos cuando se interponen en su camino.

"Miséricorde" es una película que sigue el estilo inconfundible de Guiraudie, llena de tensión, oscuridad y un humor sutilmente perverso. Es una obra que invita al espectador a adentrarse en los laberintos del deseo y la moralidad, en un entorno donde lo rural se convierte en un espacio de misterio y peligro. Una propuesta que, aunque quizás no sorprenda a quienes ya conocen su filmografía, sigue demostrando por qué es uno de los cineastas más originales de nuestro tiempo.

Opinión: 3/5