Entrevista Alonso Ruizpalacios, director de La Cocina. SEMINCI 2024
En un momento cargado de festivales y presentaciones, el director mexicano Alonso Ruizpalacios se encuentra en medio de una gira mundial con su película La Cocina. Después de estrenarse en Berlín en febrero, la película ha pasado por festivales de Turquía, Australia, Deauville, Praga, Zúrich y Londres, antes de llegar a su estreno en España, durante la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI). Coincidiendo con su presencia también en el Festival de Morelia, Ruizpalacios reflexiona sobre la naturaleza de los festivales de cine y la relación entre el cine mexicano y el español.
"Bueno, La Cocina empezó en Berlín. Estrenamos en Berlín en febrero y después ha tenido un recorrido interesante. Estuvimos en Turquía, en Australia, en Francia, en Deauville, en Praga, en Zúrich, y ahora en Londres en el London Film Festival," comenta Ruizpalacios con un tono de agotamiento pero entusiasmo. "Coinciden algunos festivales, como el de SEMINCI aquí en Valladolid y Morelia, que también está ocurriendo ahora. Yo me voy a Morelia en breve".
El estreno de La Cocina en Valladolid representa el primer contacto de la película con el público español, algo que llena de entusiasmo al director. “Es la primera vez que se pasa acá y es un público que me entusiasma mucho. Creo que hay mucho diálogo entre España y México, y en particular mis películas han encontrado público acá”, reflexiona Ruizpalacios.
Para él, el diálogo entre el cine de ambos países tiene una importancia particular, sobre todo en contextos donde las temáticas de migración cobran relevancia. “Hoy la presentamos y no sé, siempre se generan diálogos interesantes cuando vengo a mostrar las pelis en España”, añade.
Diferentes lecturas en México y España
Ruizpalacios está convencido de que su película será percibida de manera distinta en Morelia y Valladolid. "Les van a hablar diferentes cosas de la peli... A mí me interesa ver qué es lo que les dice", menciona. En particular, toca el tema de la migración, que en La Cocina adquiere una presencia especial. “En la película, hablamos de los mexicanos que están en Estados Unidos. Aquí en España también hay una crisis migratoria, pero desde la perspectiva de ser receptores de migrantes. En México es diferente, aunque también somos receptores", explica.
Reflexiones sobre discriminación y categorías en La Cocina
El tema de la discriminación racial y social es central en la película. Ruizpalacios señala que La Cocina refleja una jerarquía laboral que, en muchos aspectos, se entrelaza con las dinámicas raciales. “Lo que ves en la película es el sistema jerárquico de la cocina, que tiene que ver con los puestos más que con la raza, pero al mismo tiempo la raza está en el fondo”, explica. La presión por la productividad es, según él, lo que exacerba las tensiones. “La presión es lo que hace que se pierda la visión democrática y humanista, y entonces se remarcan las razas y las jerarquías”.
Un momento particular en la película muestra una conversación en español en la cocina, a la que un personaje estadounidense reacciona exigiendo que se hable en inglés. "Eso puede reflejar lo que ocurre en la sociedad real de Estados Unidos", dice Ruizpalacios, quien añade que este tipo de situaciones puede generar guetos lingüísticos. “Mucha gente que lleva años ahí no habla inglés porque no han tenido acceso a una educación que les permita aprenderlo”, señala, subrayando que no se trata de una elección personal, sino de la falta de oportunidades.
El reto de rodar en inglés
Aunque Ruizpalacios es bilingüe, reconoce que rodar en inglés plantea sus propios desafíos emocionales. “Cuando estás fuera de tu casa, algo te aísla. Requiere un esfuerzo extra para comunicarte, para expresar tu persona en todos los sentidos”, comenta, admitiendo que en ocasiones ese esfuerzo puede ser agotador. “Literalmente, te duele la cabeza de no poder expresarte en tu propia lengua”.
El cine iberoamericano: una oportunidad desaprovechada
Una de las reflexiones más profundas de Ruizpalacios tiene que ver con el cine iberoamericano y su potencial no explotado. Con 600 millones de personas que hablan español, el cine de la región debería estar mucho más interconectado, según el director. “Creo que está subexplotado. No hay esos vasos comunicantes sólidos entre las cinematografías”, lamenta. A pesar de los esfuerzos por establecer intercambios y colaboraciones, cree que "miramos hacia arriba [a Estados Unidos] antes de mirar abajo", refiriéndose al consumo limitado de cine latinoamericano en México y viceversa.
Ruizpalacios aboga por políticas más contundentes para fomentar el intercambio cultural y cinematográfico. “Tendría que haber un intercambio mucho más fuerte entre México y España, pero también entre las cinematografías de toda América Latina”, propone. “Es algo que necesita políticas contundentes de ambos lados”.
Un toque personal en La Cocina
Para finalizar, el director revela un detalle íntimo sobre La Cocina: la película está dedicada a su hijo Martín. "Le dediqué la primera peli que hice a mi primer hijo, Tomás, y esta se la quería dedicar a Martín, mi segundo hijo", comenta con una sonrisa. “Es un pequeño pillo karateca. Espero que algún día cuando crezca, la vea y le signifique algo. Al menos que sepa que, todo el tiempo que no estaba en casa porque estaba haciendo o promocionando la película, estaba pensando en él”.
Así, entre festivales y reflexiones, Alonso Ruizpalacios sigue llevando el cine mexicano al mundo, con La Cocina como su carta de presentación y un firme compromiso con el diálogo entre culturas.
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