Entrevista Mohammad Rasoulof. SEMINCI 2024
Su relación con el Festival y la censura en Irán
Rasoulof recordó su vínculo con el festival desde 2018, un momento importante en su carrera que coincidió con la prohibición de salir de Irán. “En 2018, aquí en Valladolid, recibí un premio especial. Pero en ese momento, yo estaba prohibido de salir del país y la entrega de ese premio se retrasó por años. Fue hasta hace pocos meses, cuando logré salir de Irán ilegalmente, que vine aquí a recibir el premio de 2018,” explicó el director. “Ahora, tengo la oportunidad de presentar mi última película, lo que me da un gran alivio y esperanza.”
El simbolismo de la higuera sagrada
El título de su nueva película, La semilla de la higuera sagrada, surgió de una experiencia personal mientras vivía en el sur de Irán. “En 2017, cuando estaba bajo prohibición de salir, viví un tiempo en una isla en el sur de Irán. Ahí me encontré con un árbol de higuera que tiene un ciclo de vida muy interesante,” narró Rasoulof. “Los pájaros comen los frutos del árbol, y las semillas caen sobre otras ramas. Esas semillas germinan, sus raíces crecen y poco a poco estrangulan al árbol anfitrión. Esta metáfora me pareció fascinante. Mientras escribía la historia de la película, recordé el ciclo vital de este árbol y decidí que el título sería una reflexión de esta naturaleza cíclica de la vida.”
Este ciclo vital, según Rasoulof, puede interpretarse desde diversas perspectivas según los personajes y su relación con la trama. “Cada espectador puede encontrar un significado propio en esta metáfora. No doy una interpretación final, dejo que el público la descubra.”
El impacto de los movimientos sociales y los videos en su película
Uno de los elementos más distintivos de La semilla de la higuera sagrada es la inclusión de videos grabados por ciudadanos iraníes durante el movimiento de "Mujer, Vida, Libertad," un levantamiento que Rasoulof no pudo presenciar en persona debido a su encarcelamiento. “Cuando comenzó el movimiento, yo estaba en prisión,” comentó. “En Irán, los periodistas no pueden hacer su trabajo correctamente cuando hay protestas. Existe un control enorme y las imágenes de las manifestaciones no salen del país. Pero la gente comenzó a grabar con sus teléfonos móviles. Cuando salí de la cárcel, revisé esos videos para intentar comprender qué había sucedido durante mi ausencia. Me impactaron profundamente.”
Esos videos, explicó, se integraron en su película como una forma de conectar lo que sucedía fuera de la casa donde transcurre gran parte de la trama. “Quería mostrarle al espectador lo que estaba ocurriendo fuera de esa casa. Además, los videos revelan el papel de las redes sociales en la sociedad iraní.”
Su decisión de dejar Irán
Mohammad Rasoulof reveló la complicada decisión que tuvo que tomar al salir de Irán. “Por muchos años intenté quedarme en Irán. A pesar de los constantes problemas con el sistema de seguridad, con el sistema judicial y con la censura, insistía en vivir allí. Quería estar cerca de la atmósfera que retrato en mis películas,” compartió. Sin embargo, tras ser liberado de prisión, se dio cuenta de que enfrentaba otra condena de hasta ocho años de cárcel. “Sabía que en algún momento tendría que decidir si seguir haciendo cine dentro de la cárcel, o si buscar una manera de continuar mi trabajo fuera del país.”
Finalmente, Rasoulof decidió salir de Irán. “Cuando ya estaba claro que me iban a encarcelar, tomé la decisión de irme. Fue un viaje muy difícil porque tuve que cruzar las montañas sin ningún tipo de identificación ni dispositivos electrónicos. Pero, una vez que llegué a un lugar seguro, rápidamente me puse en contacto con mis colegas en Alemania y comenzamos a trabajar en la postproducción de la película.”
Reflexión sobre el cine y el cambio social
En cuanto al poder del cine para generar cambios, Rasoulof expresó su creencia en el impacto individual del arte, que eventualmente puede transformarse en un cambio colectivo. “El arte siempre tiene un impacto. Antes de que provoque un cambio colectivo, tiene un efecto individual. Ese cambio individual puede llevar a una transformación colectiva,” afirmó. “El cine es una de las artes más poderosas porque tiene la capacidad de comunicarse de manera masiva.”
La diáspora iraní y la conexión digital
Rasoulof también habló sobre cómo la tecnología digital ha permitido a los iraníes en el exilio mantenerse conectados con su cultura y entre ellos. “Vivimos en una era donde el mundo digital ha transformado todo. La geografía ha cambiado de significado. Ahora existe un Irán cultural en el que podemos compartir nuestra identidad desde cualquier parte del mundo. Millones de iraníes han tenido que abandonar su país en los últimos 45 años, pero gracias al mundo digital, ahora podemos mantener una conexión mucho más fuerte que hace una década,” reflexionó el cineasta.
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