Deaf Lovers: la película que intentaron censurar y no mostrar. PÖFF 2024

Foto: cortesía

Por David Sánchez

En el marco del Festival de Cine PÖFF en Tallin, conversamos con Boris Guts, director de Deaf Lovers que hace su estreno mundial aquí. Su nueva película, que ha sido objeto de polémica ya que el ministerio de exteriores ucraniano y otros estamentos pidieron aparentemente que el film fuera eliminado del programa, cosa que la directora del festival Tiina Lokk no dejó que pasara, volviendo a demostrar la independencia de este festival, que poco a poco y con detalles como este, va siendo uno de los festivales referentes dentro de los de categoría A. 

El film explora la complicada relación entre Sonya, una joven ucraniana, y Danya, un chico ruso. La pareja intenta construir un futuro juntos en Estambul mientras lidian con los ecos de la guerra y sus propias contradicciones internas.

Boris compartió que la inspiración para Deaf Lovers provino de dos experiencias muy personales. “Una de mis mejores amigas, ucraniana, estaba casada con un ruso. Eran una familia hermosa con dos hijos, pero en abril de 2022, tras el inicio de la guerra, se divorciaron. Fue doloroso ver cómo el conflicto político destruyó algo tan íntimo. Quise salvar su relación, pero no pude”, confesó el director.

Además, la película nació del impacto emocional que le causó una canción turca de duelo que escuchaba cada semana en Estambul, donde se refugió tras huir de Rusia. “Esa melodía simboliza las vidas perdidas y la incapacidad de escuchar al otro, un tema central de la película”, añadió.

La cinta no muestra la guerra directamente, pero la hace resonar en cada escena. Según Guts, el proyecto fue un reto tanto logístico como emocional: “Tuvimos un equipo internacional: luces de Georgia y Armenia, sonido de Ucrania, actores de Rusia, todo hecho en Turquía. Fue un esfuerzo colectivo en medio de muchas dificultades”.

A pesar de su nacionalidad rusa, tanto Guts como su equipo enfrentaron duras críticas e incluso amenazas. “Recibí mensajes como ‘quémate en el infierno’ solo por hacer esta película. Pero Deaf Lovers no toma partido; es un grito por la empatía y el diálogo”, expresó con firmeza.

La elección de Estambul como escenario fue muy intencional. “Es una ciudad de muchas capas, donde Oriente y Occidente se encuentran, un reflejo de los personajes. También está llena de gatos; ellos son espontáneos, como la vida misma, y eso aporta una naturalidad especial al filme”, explicó. Una de las escenas más memorables incluye a un gato que roba el protagonismo en un momento crucial.

Estrenar la película en Tallin fue un acto de valentía, ya que Deaf Lovers enfrentó la oposición de varios sectores, incluido el Ministerio de Cultura de Ucrania. “El equipo del festival defendió la película con firmeza, algo que agradezco profundamente. La censura nunca es la respuesta”, señaló Guts.

Sobre la reacción del público, el cineasta fue directo: “No hago películas para ser amado o odiado, sino para decir lo que no puedo callar. La reacción del público no es mi responsabilidad”.

Finalmente, al preguntarle sobre futuros proyectos, Guts prefirió no dar detalles, aunque aseguró que no estarán relacionados con la guerra. “Prefiero que el futuro hable por sí mismo”, dijo con una sonrisa. Mientras tanto, Deaf Lovers sigue provocando conversaciones en festivales internacionales, mostrando que incluso en tiempos de conflicto, el arte puede tender puentes entre lo aparentemente irreconciliable.