Crítica: Anora
Sean Baker nos trae Anora, una película que equilibra el humor y la sátira social de manera hábil, ofreciendo una visión crítica y mordaz de las dinámicas de poder, la hipocresía social y la lucha por la validación en un mundo obsesionado con el estatus. Aunque a simple vista parece una comedia ligera, bajo su superficie residen capas de significados que la elevan a un nivel mucho más interesante y merecedor de análisis.
Desde sus primeras escenas, Anora se presenta como una sátira cargada de momentos hilarantes, pero con un trasfondo que incomoda. Baker, con su característico enfoque en personajes marginales, utiliza la figura de Anora (interpretada por Mikey Madison) para cuestionar la narrativa de "Cenicienta" en un contexto contemporáneo.
El guion destaca por su precisión: momentos aparentemente ilógicos, como un guara espaldas que se duerme en el despacho de un abogado o una escena de vómitos en un coche, no solo refuerzan el tono cómico, sino que reflejan la absurda desconexión entre las clases altas y bajas. La película nunca pierde de vista su propósito: criticar la arrogancia de los poderosos y la desesperación de los desfavorecidos por alcanzar una imagen idealizada de éxito.
La actuación de Mikey Madison como Anora es un punto clave. Su interpretación captura perfectamente la mezcla de ingenuidad y astucia que define al personaje, logrando empatizar con el público incluso en los momentos más extravagantes.
Sin embargo, es Mark Eydelshteyn quien roba el show como Vanya, el hijo mimado de un oligarca ruso. Su habilidad para retratar a un personaje que parece realmente "tonto" es magistral, al punto de que su comportamiento absurdo resulta completamente creíble. Es un trabajo que no solo aporta comedia, sino también humanidad, mostrando a Igor como un producto de su entorno más que como un villano típico.
Por otro lado, Yuri Alexandrovich, en el papel de Igor, uno de los guardaespaldas, ofrece una interpretación que comienza en segundo plano pero se va convirtiendo en el eje moral y emocional de la película. Su presencia es tan sólida que eleva cada escena en la que aparece, demostrando una vez más por qué es uno de los actores más destacados en el circuito de festivales internacionales, entre otros pasó por Cannes con Compartment No. 6, Captain Volkonogov Escaped, o Petrov's Flu.
El mayor acierto de Anora es su capacidad para fusionar humor y crítica. Momentos como el debate delante del juez sobre el divorcio en un estado donde el matrimonio no fue reconocido son tan absurdos como reveladores, exponiendo las inconsistencias del sistema y las dinámicas de poder que lo sustentan.
La película también explora la lucha de las clases bajas no solo por el confort económico, sino por la validación social. Anora y los personajes que la rodean no buscan solo dinero, sino el reconocimiento de haber "llegado" a un lugar de privilegio, aunque sea mediante estrategias cuestionables.
El filme ganador de la palma de Oro de Cannes 2024 es una película que, bajo su fachada de comedia ligera, esconde una profunda reflexión sobre las relaciones humanas, el poder y la hipocresía social. Sean Baker demuestra nuevamente su capacidad para capturar historias aparentemente simples y convertirlas en algo mucho más significativo.
Aunque puede que algunos espectadores se sientan desconcertados por su humor absurdo o por momentos que desafían la lógica, aquellos que se dejen llevar encontrarán una obra valiosa, divertida y profundamente crítica. Una película que no solo arranca carcajadas, sino también reflexiones.
Opinión: 4/5
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