Entrevista con Rúnar Rúnarsson en CLERMONT-FERRAND 2025


El cineasta islandés Rúnar Rúnarsson ha tenido un año excepcional. Su extraordinario largometraje When the Light Breaks se estrenó en Cannes como película de apertura en la sección Un Certain Regard y desde entonces ha recibido 14 premios internacionales. Paralelamente, su cortometraje Circle ha recorrido festivales de prestigio, incluyendo la competencia en Seminci (donde entrevistamos a su protagonista Ingvar Sigurðsson), Venecia y ahora Clermont-Ferrand, el evento más importante del mundo dedicado al cortometraje. Durante el festival, tuvimos la oportunidad de conversar con él sobre su experiencia, su visión del cine y su proceso creativo.


La primera pregunta, si no te importa: ¿qué haces aquí en Clermont-Ferrand?
 
 Bueno, tenemos un cortometraje llamado Circle. A veces lo llaman simplemente "O", porque el título está escrito con el signo de un círculo, lo que hace que parezca un cero o una "o". Pero sí, el nombre es Circle y fue seleccionado en la competencia internacional. Nunca antes había sido seleccionado aquí. No había hecho cortometrajes desde 2009, pero en el pasado hice varios y ninguno había entrado en esta meca del cortometraje. Por eso, cuando nos seleccionaron, me sentí realmente emocionado y quise aprovechar la oportunidad de estar aquí. Y estoy muy impresionado. 

A diferencia de tu año, que ha sido increíble, el protagonista de Circle está pasando un muy mal día porque tiene un problema grave. ¿Por qué decidiste contar la historia de un hombre con problemas de alcoholismo? ¿De dónde surgió la idea? 
Soy guionista y director, y hace muchos años me di cuenta de que mi mejor trabajo salía cuando me permitía ser vulnerable. Recuerdo cuando hice The Last Farm en 2004. Fue la primera vez que trabajé hacia adentro, abriéndome completamente. Antes de eso, hacía cortos que eran una especie de "cócteles Molotov políticos" destinados a cambiar el mundo. Pero la verdad es que solo los veía gente que ya compartía mis ideas, así que en realidad no cambiaba nada. 

¿Y qué cambió con The Last Farm? 
La respuesta del público fue diferente. Viajé por el mundo con ese corto y después de cada proyección, alguien se me acercaba y me decía que iba a llamar a su madre, a su abuelo o a visitar a alguien mayor que conocía. Algo tan simple como una llamada telefónica, pero significaba más de lo que había conseguido con mis otros trabajos. Desde entonces, mi lema ha sido mirar hacia adentro, exponerme a mí mismo y tratar de reflejar experiencias propias o cercanas, añadiendo elementos ficcionales. 

Entonces, en Circle, ¿cuánto hay de experiencia personal? 
Siempre hay algo. Pero dejé de decir qué es real y qué no, porque siempre hay otras personas involucradas. Si revelo lo que es personal, también expongo a la gente que me rodea. 

Hablando de elecciones estéticas, ¿por qué decidiste rodar en 16 mm y en blanco y negro?
Rodamos en 16 mm porque queríamos esa mezcla de aspereza y suavidad. Y el blanco y negro nos permitió transmitir tanto la crudeza como la belleza del protagonista y su tormento interno. Además, en los tonos medios del film, hay algo que simplemente no se puede replicar digitalmente. 

Tú ya has hecho largometrajes. ¿Por qué volver al cortometraje? 
Es curioso, porque la idea común es que empiezas con cortos y luego pasas a largometrajes. Pero es como preguntarle a un escritor por qué vuelve a la poesía después de escribir novelas. Es otro lenguaje, otro ritmo. En un corto puedes permitirte no responder tantas preguntas. Muchas películas sobre alcoholismo muestran a alguien siendo cruel con el protagonista o explican por qué se hizo alcohólico. Yo quería evitar eso y centrarme solo en él y en su lucha interna. 

¿Fue difícil financiarlo? 
Muchísimo. Ya no tengo 22 años, tengo canas y barriga. Cuando empiezas, la gente te ayuda con equipo gratis y favores. Ahora ya no puedo pedir lo mismo. Me tomó tres años terminarlo, pero al final lo logramos.

Has tenido un año muy exitoso. When the Light Breaks abrió Un Certain Regard en Cannes, ha ganado 14 premios internacionales, Circle estuvo en Venecia y ahora en Clermont. ¿Te esperabas este éxito? No. Tuvimos un año muy productivo en la filmación y ahora una cosecha increíble. Que el largometraje abriera Un Certain Regard fue enorme. Y ver a Circle en Venecia y aquí ha sido simplemente maravilloso. Lo más importante es que las películas estén expuestas al público, porque las hacemos para que sean vistas. A lo largo de la entrevista, Rúnar Rúnarsson demostró su visión personal y su pasión por el cine como una herramienta para la introspección y el cambio. Su regreso al cortometraje con Circle reafirma su compromiso con la narración visual pura y el poder de la vulnerabilidad en la gran pantalla. Mientras tanto, su éxito con When the Light Breaks confirma que su cine sigue estando presente en todo el mundo, aunque a día de hoy aún no haya distribuidor en España para esa maravilla.

Actualización: Ingvar Eggert Sigurdsson ganó le premio a la mejor actuación del festival.



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