Child of Dust: El peso del pasado en el TiDF 2025
Por David Sánchez
El Festival Internacional de Documentales de Tesalónica (TiDF), en su edición del 6 al 16 de marzo de 2025, ha abierto un espacio para historias que cruzan fronteras y generaciones. En la Competición Internacional, el estreno mundial de Child of Dust, el segundo largometraje de la directora polaca Weronika Mliczewska, ha captado la atención de críticos y asistentes en esta ciudad griega. Las quinielas entre los compañeros de prensa auguran un reconocimiento para esta obra, que compite por el Golden Alexander y una posible nominación al Oscar, gracias a su narrativa emotiva y universal. En una entrevista durante el festival, Mliczewska desglosó la génesis y el alma de este documental, que sigue a Sang, un "hijo del polvo" vietnamita en busca de su padre y de sanación.
Una narradora sin fronteras
Con una formación en antropología y estudios cinematográficos en Polonia, Reino Unido y Estados Unidos, además de haber recorrido más de 90 países, Mliczewska se define como una narradora global: "Me considero una ciudadana del mundo y busco historias universales". Su hábitat natural, como señala su perfil, es contar historias en "áreas remotas, a menudo en condiciones físicas desafiantes", un enfoque que brilla en esta película.
Child of Dust narra la vida de Sang, uno de los "amerasiáticos", hijos de soldados estadounidenses y mujeres vietnamitas durante la Guerra de Vietnam. "Esta es la historia de un hombre que forma parte de los supuestos 100,000 o incluso hasta medio millón de amerasiáticos (...) hijos de soldados estadounidenses que sirvieron en la Guerra de Vietnam", explicó. En Vietnam, la ausencia de un padre es devastadora: "La paternidad en Vietnam es lo más importante que te define como persona; sin un padre, no eres nadie, no sabes quién eres". Sang, discriminado desde niño —"Tenía escrito en su rostro que era hijo del enemigo"—, creció en las calles tras el abandono de su madre, quien fue internada en un campo de "reeducación". "Ni siquiera registró el nacimiento de Sang porque tenía miedo de que, si lo hacía, pudieran perseguirlo y hacerle daño", detalló Mliczewska, explicando la invisibilidad de estos niños.
Un reencuentro agridulce
Tras 50 años, Sang encuentra a su padre gracias a Brian Hjort, un danés que "dedicó toda su vida a buscar a los padres", utilizando pruebas de ADN ilegales en Vietnam. Pero el encuentro exige un sacrificio: "La única forma de conocer a su padre es dejar a su propia familia en Vietnam", reveló la directora. Sang arriesga todo "porque busca revelación y sanación para poder avanzar en su vida". El padre, un exsoldado que apenas tenía 20 años durante la guerra, aceptó participar después de dos años de reflexión: "Dijo: 'Quiero hacer esto porque quiero dar un ejemplo para que el pueblo estadounidense asuma la responsabilidad del pasado'". Mliczewska añadió: "No sabía de este niño, era muy joven durante la guerra (...) la gente moría allí, sabes, y tuvo esta relación con una mujer vietnamita". Su participación eleva el documental a un acto de responsabilidad histórica.
Raíces personales, alcance universal
Sobre la posible duda de por qué una polaca cuenta esta historia "Desde el principio supe que esta es una historia muy universal si quieres hablar sobre la paternidad y el padre ausente, emocionalmente ausente", afirmó Mliczewska. El tema resonó con su propia historia: "Vengo de Polonia y mi abuela solía contarme historias sobre la Segunda Guerra Mundial, así que soy la tercera generación después de ese conflicto". Para ella, las guerras dejan heridas duraderas: "Esta película también habla de tres generaciones después de la guerra (...) todavía estamos marcados por la guerra (...) tienes que tomar una decisión valiente, como lo hizo Sang (...) de lo contrario, el ciclo se repetirá". La directora ve en Child of Dust una llamada a la paternidad consciente: "Esperaba que esta película impulse a la cultura a moverse en esa dirección".
La historia llegó a ella por casualidad: "En realidad estaba rodando otra película en Vietnam (...) y me encontré con los amerasiáticos, y todavía lloraban por no haber conocido a sus padres, y pensé: 'Vaya, sus emociones son tan fuertes'". Ese encuentro la marcó: "Me conmovieron sus lágrimas".
Un esfuerzo colectivo
La coproducción, con socios de Polonia, Vietnam, Suecia, República Checa y Qatar, enfrentó retos iniciales: "Todos preguntaban: '¿Por qué tú, siendo polaca, estás haciendo esta historia?'", recordó. Sin embargo, su perseverancia dio frutos: "Con el tiempo, la gente empezó a creer que sí, es una historia universal y por eso ahora tenemos tantos colaboradores". El respaldo de instituciones como el Instituto Polaco de Cine y Al Jazeera Documentary consolidó el proyecto.
Tesalónica vibra con Child of Dust
En el TiDF 2025, Child of Dust se perfila como una obra destacada. Las quinielas de la prensa elogian su capacidad para entrelazar lo personal y lo histórico, haciendo de este estreno un momento inolvidable en la Competición Internacional.
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