Jovita Maeder: La fuerza detrás del festival
Jovita Maeder, nacida en Ayacucho, Perú, en 1967, es una figura clave en la promoción del cine peruano en el extranjero. Su trayectoria combina una pasión por el arte y una dedicación incansable por visibilizar la cinematografía de su país. Tras estudiar teatro en Perú y trabajar en producciones televisivas y cinematográficas durante los años 80 y 90, una época marcada por la crisis económica y política en su país, Maeder decidió trasladarse a Francia. En París, estudió en la Sorbona y en la Escuela Europea de Producción, lo que le permitió integrarse al ecosistema cinematográfico francés. Trabajó en producciones locales y, en 1993, fundó la Asociación Perú Pacha, una organización dedicada a promover la cultura peruana en Europa.
Un año después, en 1994, Maeder creó el Festival de Cine Peruano de París, una iniciativa que surgió de una necesidad personal y colectiva: dar a conocer un cine peruano que, en ese momento, carecía de proyección internacional. Desde entonces, el festival ha crecido, pasando por salas icónicas como el cine Latina (hoy Luminor) y asentándose en espacios de prestigio como el 7 Parnassiens, una sala de arte y ensayo en el corazón de París. Además de su labor como gestora cultural, Maeder es cineasta, con tres documentales en su haber: La Terre des Enfants Chachapuyas (2003), Mémoire de un Afro Péruvien (2009) y Sur les Traces de Giannina Lanata (2011). También fundó en 2013 Bobine Films, una productora enfocada en la distribución de cine latino e hispano en Francia, y colabora como conferencista y articulista en la Universidad Paris Diderot, donde aborda temas como el mercado del cine latinoamericano y los impactos de la crisis sanitaria en la industria cinematográfica.
En 2023, Maeder recibió un reconocimiento de la Delegación Permanente del Perú ante la UNESCO por su labor en la promoción de la diversidad cultural y la industria creativa peruana en Europa. Su trabajo no solo ha abierto puertas para cineastas peruanos, sino que ha creado puentes entre profesionales franceses y latinoamericanos, fortaleciendo la coproducción y el intercambio cultural.
Entrevista con Jovita Maeder: El alma del festival
En una conversación con motivo de la 16ª edición del Festival de Cine Peruano de París, Jovita Maeder compartió su visión, los orígenes del evento y los retos de llevar el cine peruano al mundo.
—Hola, Jovita. ¿Podrías contarnos un poco de la historia del festival?
¡Hola! Este festival lleva muchos años existiendo; estamos en la 16ª edición. Siempre se ha realizado en París, en salas parisinas. Hemos pasado por varias, pero ahora estamos en el 7 Parnassiens, una gran sala de arte y ensayo en el centro de la ciudad.
—¿Cómo surgió la idea de crear un festival de cine peruano en París?
Mira, es algo bastante simple, pero a la vez profundo. En los años 90 y principios de los 2000, el cine peruano no estaba muy visible. No aparecía en los carteles internacionales, muchos profesionales del cine no lo conocían y el público tampoco. Era una época difícil para Perú, con una crisis económica fuerte, y la producción cinematográfica era escasa. Yo ya estaba aquí, en París, trabajando en el cine, y sentí una necesidad: apoyar la producción peruana, darle visibilidad, abrir una ventana al mundo. Así que llamé a colegas en Perú, realizadores como Pancho Lombardi, Augusto Tamayo, Josué Méndez, que estaba con su primera película, y otros cineastas que estaban en París. Les dije: “Quiero hacer este festival, ¿tengo su apoyo?”. Pancho Lombardi fue el primero en decir que sí, y de ahí todo empezó a tomar forma. El proyecto nació en el cine Latina, que ahora es el Luminor, y también conté con el respaldo de la Embajada del Perú. En esa época, el embajador era Javier Pérez de Cuéllar, y le encantó la idea. Así nació el festival, de una necesidad y una locura colectiva.
—¿Qué tipo de películas e invitados traen al festival? ¿Y qué destaca en esta edición?
Normalmente, traemos películas de arte y ensayo, películas de autor con historias únicas que muestran el trabajo de un artista, de un creador. Muchas veces son primeras películas, pero también acogemos a realizadores consagrados. En esta 16ª edición, tenemos cineastas que ya han participado antes y conocen el festival, pero también nuevas voces. No somos estrictos con que las películas sean del último año; damos un margen de tres años porque el COVID afectó mucho a las producciones, dejando proyectos en pausa o sin financiación. Este año, además, estamos dando prioridad a realizadoras mujeres para impulsarlas en un medio tan competitivo como el cine. En cuanto a los invitados, solemos traer directores y productores desde Perú y otros países, creando un espacio de intercambio con profesionales franceses. Es una oportunidad para que el cine peruano dialogue con el mundo.
Hija Pródiga: Un estreno europeo que resuena
Uno de los momentos destacados de esta edición fue el estreno europeo de Hija Pródiga, un documental dirigido por Mabel Valdivieso, una cineasta peruana radicada en Estados Unidos. La proyección, presentada en colaboración con la Asociación AES de Paso y el Instituto de Estudios de América Latina, incluyó una introducción especial y un mensaje grabado por la directora, quien no pudo estar presente pero quiso dirigirse al público parisino.
En su mensaje, Valdivieso explicó:
«Hola, ¿cómo están? Soy Mabel Valdivieso, directora de Hija Pródiga, el documental que hoy se muestra y que tiene su premier europeo en Francia, en este festival. Estoy muy agradecida por haber sido seleccionada. Esta es una película que sigue mi historia, con un carácter íntimo, narrando las peripecias que he vivido como migrante indocumentada en un país como Estados Unidos y lo que significa regresar a mi país, Perú, después de 16 años de ausencia y de alejamiento emocional con mi familia. Las razones de esa ausencia están entrelazadas con aspectos históricos de Perú, con cuestiones generacionales y con las políticas migratorias de Estados Unidos a lo largo de los años. Llegué en 1993, cuando tenía 25 años, y creo que la película teje muchas conexiones que ustedes descubrirán al verla. Es una reflexión sobre qué significa regresar: regresar a tu identidad, a ese sentido de pertenencia, a buscar esa humanidad que siempre he llevado dentro, pero que una sociedad y políticas antimigratorias convierten en algo criminal, en un sujeto abyecto. Esta película, aunque íntima, habla de esas complejidades y nos deja con la pregunta: ¿realmente podemos ser tan excluyentes con tantos seres humanos que solo buscamos nuestro derecho a existir, a ser tratados con dignidad? Los dejo con esa reflexión, que espero despierte más preguntas e inquietudes.»
El documental, proyectado en español con subtítulos en francés, fue seguido por un intercambio con dos amigos de la realizadora, quienes compartieron detalles sobre el proceso creativo y el impacto de la película.
El Festival: Un espacio de diversidad y resistencia
El Festival de Cine Peruano de París se distingue por su compromiso con las películas de autor, muchas de las cuales exploran narrativas profundamente arraigadas en la realidad peruana: desde las luchas sociales y la diversidad cultural hasta las historias personales que reflejan las complejidades de un país multiétnico. En esta edición, la selección incluye tanto óperas primas como trabajos de directores consolidados, con un énfasis especial en las producciones dirigidas por mujeres, en respuesta a los desafíos que enfrentan en la industria cinematográfica.
Además, el festival ha adaptado sus criterios para ser inclusivo con producciones afectadas por la pandemia, aceptando películas realizadas en los últimos tres años. Esta flexibilidad demuestra su sensibilidad hacia los retos que enfrentan los cineastas, especialmente en contextos donde la financiación y la distribución son obstáculos significativos. La programación también se enriquece con la presencia de invitados internacionales, incluyendo directores, productores y actores, muchos de los cuales viajan desde Perú para participar en conversatorios y sesiones de preguntas y respuestas, fortaleciendo el vínculo entre el cine peruano y el público europeo.
Impacto cultural y legado
Desde su fundación, el Festival de Cine Peruano de París ha proyectado cientos de películas, desde largometrajes de ficción hasta documentales y cortometrajes, ofreciendo una plataforma para que cineastas peruanos conecten con distribuidores, críticos y profesionales franceses. Bajo la dirección de Jovita Maeder, el evento ha superado las barreras iniciales de un cine poco conocido en los años 90, logrando que películas como Wiñaypacha de Óscar Catacora encuentren distribución en Francia tras ganar premios en el festival. Este impacto se extiende más allá de las salas de cine, ya que el festival ha impulsado coproducciones y colaboraciones entre Perú y Francia, además de inspirar a nuevas generaciones de cineastas.
La 16ª edición, celebrada en el prestigioso cine 7 Parnassiens, reafirma el compromiso de Maeder con la promoción de un cine que no solo entretiene, sino que también desafía, reflexiona y celebra la diversidad. Como ella misma destaca, el festival es una «ventana al mundo» para un cine peruano que sigue creciendo, resistiendo las adversidades y encontrando su lugar en el panorama global.
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